Leonard Cohen se marchó para siempre a los 82 años en noviembre de 2016, y nos dejó legado musical antes de morir. Editó You want it darker, su legado definitivo donde habla del final de la vida y el encuentro con Dios, es evidente que sabía que llegaba su adiós. Un disco producido por su hijo Adam Cohen y donde a parte de ser un tremendo disco, estremece escucharle, como siempre me ha pasado con él, una voz que se te mete hasta los adentros y un personaje cuya modestia asustaba de la grande que era. Nos dejó muy huérfanos Mr. Cohen, su manera de explorar temas como la religión, la política, el aislamiento o la sexualidad, le convirtieron en un cantante fascinante y a la vez enigmático, acompañado de una voz grave de esas que se te meten hasta el tuétano.
El tema que daba título al disco es una obra de arte, con esos coros iniciales en onda eclesiástica, ese profundo bajo y esa frase del texto para la eternidad, "I'm ready, my lord".
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