El 27 de noviembre de 2013 se cumplieron 43 años de la
publicación de All things must pass, el tercer disco en solitario del Beatle
George Harrison, porque, ya tenía dos anteriores, Wonderwall music de 1968 y
Electronic sound de 1969, álbumes ambos que pasaron inadvertidos ya que The
Beatles seguían funcionando y lo acaparaban todo. Pero George, el Beatle
tranquilo ya llevaba tiempo queriendo tener más protagonismo en la banda y no
uno o dos temas por disco, y empezó a acumular material que acabó saliendo en
ésta absoluta joya de 1970, un disco triple vinilo y posteriormente, con los
años, doble cd. En mayo de ese año se pone manos a la obra con Phil Spector de
productor, y colaboraciones de músicos amigos de la talla de Eric Clapton,
Delaney & Bonnie o Billy Preston.
Pero ante todo, éste disco supuso un golpe en
la mesa del Beatle calmado, dejando claro que él también sabía componer un disco
entero de un altísimo nivel, quitándose ese papel secundario al que los dos
grandes tótems Paul y John le tuvieron relegado en los Fab Four. Debió ser digna
de ver la cara de McCartney y Lennon cuando el disco salió a la calle, porque la
aplastante victoria de Harrison sobre sus dos compañeros fue inesperada, pero
entendible, vista su evolución en los últimos años antes de la separación.
Hablamos de un disco que fue número 1 y tuvo
seis discos de platino.
Esta maravilla de álbum tiene también una cosa
que me gusta a rabiar, y es el sonido de las guitarras eléctricas y acústicas, y
ojo, probablemente sea el disco en que el amigo Phil Spector mete menos su muro
de sonido y menos por culo da. Es curioso, porque justo antes de morir George
revisó el disco, todas las maquetas, jams, y sesiones y salió una edición
remasterizada que merece muchísimo la pena, el equivalente a aquel tercer vinilo
titulado Apple Jam.
Es un disco de su época totalmente, para ser
degustado copazo en mano, como el tema de inicio I'd have you anytime, esa
delicia compositiva dónde la guitarra marca los pasos, con esos sólos
maravillosos, que locura de canción, compuesta a pachas con Bob Dylan. My sweet
Lord fue el primer single, escrita en alabanza al Dios hindú Krishna, tema que
fue demandado por una compañía de New York, Bright Tunes, ya que decía que la
melodía de éste tema era un plagio del He's so fine de The Chiffons compuesta en
1962 (como muchos sabrán, Harrison fue multado por "plagio incosciente",
provocado por un caso de criptomnesia), hay que joderse. La primera parte del
disco seguía con Wah-Wah, extraordinario tema dónde demuestra la frustración a
la que fue sometido por el dúo Paul-John con ese aire hippie que me vuelve
tierno. Isn't it a pity (Versión one) es una de esas joyas que da gusto oir una
y otra vez, cadenciosa, embelesadora, modesta y grandiosa a la vez como el
propio George, y esos sólos de guitarra... brutal. What is life es quizás para
mi la canción más comercial y animada del disco, y dónde la fanfarria de Spector
tiene algo de presencia, pero no consigue matar un tema fantástico, de esos que
dan buen rollo. It not for you es una delicatesen casi en tono country, una
versión del clásico de Dylan que sinceramente como poco está a la altura de la
original. Behind that locked door, es quizás otro tema también de ambiente
country y relajado, con slide guitar, bonito tema. Let it down quizás es el tema
más setentero del álbum, con los juegos de guitarras, la explosión inicial, para
luego desarrollar la melodía. Run of the Mill acaba esta primera parte de manera
brillante, con gran elegancia.
La segunda parte del álbum empieza para mi con
una obra maestra en si misma, Beware of darkness, con esa melodía aparentemente
decadente, pero bella como ella sóla y la voz de George gloriosa. Apple scruffs
es un tema alegre con armónica y guitarra acústica. Ballad of Sir Frankie Crisp
(Let it Roll) hacen que éste disco se eleve a los altares, que pedazo de
melodía, que delicia, ¡¡¡qué burrada!!! Awaiting on you all es una canción
divertida y jocosa que mantiene el interés sin duda. Y llega All things must
pass, qué puedo decir, una absoluta joya de canción, tema sideral de los que le
sentaban a George como anillo al dedo, con guitarra acústica y voz, además del
slide y sección de vientos. I dig love empieza con piano, y es de tono más
oscuro, pero acaba siendo un gran complemento al resto del álbum. Art of dying
es quizás el tema dónde se hace más presente la guitarra de Clapton al inicio,
mientras George entra con la voz en un delicioso tema lleno de matices. Isn't it
a pity (Versión two) es como un remix de la primera, que es tan buena, que no
nos importa volver a degustar esta segunda parte. Hear my lord cierra esta
bestialidad de disco, y vaya final, como si a ritmo góspel-rock fuera, de manera
casi suntuosa se apaga esta Obra maestra.
Una obra fundamental de la historia de la
música, ese disco dónde George Harrison se reivindicó a tiempo, y sacó a la luz
todos aquellos temazos que había ido dejando en el trastero mientras formaba
parte de The Beatles, un disco imprescindible en cualquier discoteca.
Este post fue redactado por mi originalmente para Exile SH Magazine y ahora adaptado para mi espacio.
Este post fue redactado por mi originalmente para Exile SH Magazine y ahora adaptado para mi espacio.
Os dejo con el tema Ballad of Sir Frankie Crisp
(Let it roll).
Yo lo tengo en doble CD, una reedición soberbia en una cajita que cada vez que escucho me pone los pelos de punta. Obra magna, como dices. A mí me molan mucho también las jams que incluye el "Apple Jam", aunque la miga está en los originales dos primero elepés.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gonzalo Aróstegui Lasarte: Esa reedición es de la que hablo en el post, realmente genial que añade algunas jam sessions de aquel Appel jam. Obra cumbre de el Beatle tranquilo, desde luego que para mi nunca fue superada, ni por sus compañeros ni por él mismo.
EliminarUn abrazo.
Para mí el mejor disco post-Beatles de cualquiera de sus miembros. Por delante del "RAM" o de cualquiera de John. Como bien dices, les dio una auténtica lección a la parejita Paul/John.
ResponderEliminarAbrazos y nos vemos en la Moby el Miércoles 7.
JdG
Javier de Gregorio: Totalmente deacuerdo, es lo que le acabo de decir al egregio Gonzalo. Les dio una lección en el sentido de que esos temas nunca fueron opción dentro de los Beatles, porque pienso que la parejita John/Paul se temían que George se los comía con patatas.
EliminarAbrazos y nos vemos el miércoles.
Me suscribo a lo manifestado por Javier. Brazzzzo.
ResponderEliminarJohnny J.J.: Eres un suscriptor manifestador... ja, ja, ja.
EliminarBrazzzos.