Como dije allá por el mes de noviembre del año pasado, Van Morrison no para y editó el pasado 10 de marzo nuevo álbum de estudio con el título de Moving on Skiffle. Es un disco de homenaje al Skiffle, un género de gran éxito en Reino Unido en la década de los 50, tras su recorrido en Estados Unidos en la década de los 20. Su pasión por el Skiffle se remonta a su infancia, ya que pasaba el rato en la famosa tienda de discos Atlantic Records de Belfast, donde escuchaba folk, blues y jazz de principio de siglo de la mano de Lead Bally y Jelly Roll Morton. Pero hubo un momento de cambio, cuando escuchó la versión de Lonnie Donegan de Rock island line, ahí entendió con clara intuición la música que estaba creando. En poco tiempo Van estaba tocando en una banda de skiffle de la escuela, y de ahí en adelante ya sabemos que pasó... Them, y luego su magnífica carrera en solitario.
Se trata de 23 nuevos temas (disco doble) donde las letras hablan de la libertad de vivir en tus propios términos, y de tener tu propia filosofía de vida. Han tocado en el disco Dave Keary a las guitarras, Pete Hurley al bajo, Colin Griffin a la batería, Sticky Wicket a la tabla de lavar y Seth Lakeman tocó el violín en 5 canciones. En su mayor parte, El León de Belfast tocó estas canciones directamente, varias de ellas cuentan con sus propios arreglos, mientras que otras selectas presentan sus propios giros estilísticos. Casi todos son temas tradicionales arreglados por Van Morrison, así que los hace suyos.
Tuvimos un primer adelanto titulado Streamline train, una pasada de medio tiempo que nos muestra al maestro en un gran estado de forma. Y luego tuvimos el tema Worried man blues, otra fabulosa tonada con gran ritmo y Van en estado de gracia, temazo. También escuchamos This loving light of mine, pieza con un ritmo magnífico y donde Van canta de lujo con un piano saltarín que domina la canción y una instrumentación a toda pastilla. Y luego llegó I'm moving on con unos coros souleros femeninos estupendos en una deliciosa pieza. También hablé de Freight train con unos coros en diferentes tonos tanto femeninos como masculinos que adornan de manera perfecta a la melodía. También hablé de Green rocky road, una extensa pieza de nueve minutos que es una delicia, en tono de medio tiempo y donde la instrumentación va teniendo su momento álgido (a destacar el violín) en muchos momentos y esos maravillosos coros. También le tocó a Careless love, otra maravillosa pieza y de bonito ritmo donde los coros acompañan de lujo a Van. Y ahora llega Greenback dollar, otra maravillosa pieza con grandes coros y gran desarrollo, una delicia.
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