domingo, 7 de diciembre de 2014

Los Enemigos - La vida mata (1990)


Año 1990, Madrid ha pasado ya la época de la movida, muchos grandes grupos procedentes de los 80 están o en su esplendor (Gabinete Caligari, Radio Futura, etc...) u otros entonando el canto del cisne (Nacha Pop), mientras hay otros de largo recorrido que venían de los 70 como Burning o Rosendo que seguían haciendo su camino, pero hay un grupo madrileño que nace a mitad de los 80 en el barrio de Malasaña, que cambiará el rock patrio de una manera tremenda, Los Enemigos. La banda comandada por Josele Santiago a la guitarra y voz, Fino Oyonarte al bajo y Chema "Animal" Pérez a las baquetas (que sustityó a Artemio después del primer álbum) y el ya por entonces colaborador fijo, que acabó siendo miembro oficial del grupo, Manuel Benitez alias "El Cordobés" a la guitarra solista hará en 1990 un disco referente del rock nacional.
La vida mata es su tercer trabajo, pero es donde alcanzan su madurez, tanto como músicos, pero también en las letras y en su sonido.
La primera vez que escuché el álbum fue en vinilo, un amigo de la universidad le pidió a otro este y La cuenta atrás, y como el receptor no tenía plato, me dijo que si se los podía grabar yo de mi plato a cassette, cosa que hice con todo gusto. Como podréis suponer yo no sólo grabé, también escuché. He de decir que la primera escucha no me enganchó, pero leches la copia que yo me hice, al volver a oírla... no sólo me enganché, me enamoré.
El álbum gira en torno a muchas vivencias de amigos de Josele (todos los temas compuestos por él) que o bien se quedaron en el camino o sufrieron muchas vicisitudes, reflejadas en muchos de los temas, así hay suicidios, pena de muerte, mucho componente religioso-existencial, intento de comunicación con difuntos, gente que pide ayuda desde la cárcel, etc...




El disco comienza con El gran calambre final, esas particulares visiones del Apocalipsis por parte de Josele, pero donde las guitarras suenan deliciosas, al más puro estilo Enemigos. El Fraile y yo es una canción basada en las obras de Fray Luis de León, autor muy progresista para su época y suyas ideas sobre la vida y el amor acabaron costándole la cárcel y la enemistad con la cúpula de la iglesia, en ella la juerga que se corre Josele con el cura en el cementerio no tiene parangón, un tema de lo más divertido y bien ejecutado, inolvidable inicio con la guitarra del tema. Traspiés nos habla sobre la pena de muerte, con un ritmo muy rápido y vertiginoso de guitarras chirriantes y la base rítmica a tope, con unas paradas deliciosas. Ouija es ese intento de comunicarse con los muertos, un tema de desarrollo rápido, con bonita melodía y preciosa letra... "Dime si es verdad que al fin descansas, cuéntame que ves al otro lado del espejo, ¿Hablaste con Dios? ¿Le has visto ya? ¿Eres aún amigo mío?... La Torre de Babel, es otro tema de desarrollo rápido, y que trata un tema bíblico (Josele leyó mucho la Biblia en esa época y eso se refleja en el álbum).
Paquito es el baladón del álbum, una deliciosa y preciosa melodía donde nos habla de un chavalín y su vida. Y llegamos a un tema que es santo y seña del disco, de los conciertos de la banda y de muchas cosas, Desde el jergón, que describe a un tipo que está en la cárcel (según Josele ha dicho en algunos conciertos, por un problema que tuvo el protagonista con la Guardia Civil) y desde allí se queja de su mala suerte, escribe y recibe cartas, se arrepiente, pero con una melodía tan preciosa y tan arrebatadora que engancha desde el primer acorde "Desde el jergón os maldigo, porque Dios se pasó... se pasó conmigo". Sin solución de continuidad un riff escandaloso nos introduce a Septiembre, dónde se nos habla de un tipo que después de muchos errores se ve abocado al suicidio, le va mal en los estudios, no quiere vendimiar... otro de esos temas míticos en directo de la banda.
Yo no quiero ser feliz, es de esos temas que ahonda en ese pensamiento pesimista de la vida que aflora bastante en el álbum, pero a la vez, musicalmente aporta tanto, con un ritmo gracioso y desenfadado. Miedo, con una voz algo más oscura al principio, es un rock tremendo y visceral, donde Josele describe sus terribles miedos... algunos muy de niño. Firmarás, es otra locura de tema donde a un ritmo rápido se le une una letra brutal, de estribillo precioso. Yo el rey, es la versión bossanova del tema que ya estaba incluído en el anterior trabajo Un tío cabal, mucho más relajada y tranquila. Nadie me quiere es una tonada de cierre, muy adecuada, de music-hall de taberna al final de la noche con la peña muy borracha, de hecho Josele imita la voz de un cantante ya alcoholizado, además de hacer la estrofa principal también en inglés.



En resumidas cuentas, un disco imprescindible del rock cantado en castellano de una banda que es santo y seña, y que además vuelve estos días con disco nuevo, que estoy deseando devorar.
La vida mata, si no conoces a la banda, es el mejor disco para empezar con ellos, sin duda, un compendio de temas excelentes.
Este texto fue originalmente escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con el vídeo de Septiembre interpretado en un programa de la 2 de la época.

2 comentarios:

  1. La movida madrileña, pese a tener cosas rescatables, siempre me ha parecido un movimiento amparado por el continuismo, amparado en el miedo social a que se repitiera la situación de la que se acababa de salir. Y yo que siempre he valorado más la década de los 80 que la de los 90, me pregunto si no nos obnubilamos con el sentido estético y perdemos de vista la dimensión artística del momento, de la cual deben ser conscientes tanto artista como espectador para que se pueda manifestar en su plenitud. Desde el punto de vista de la música, si lo pensamos bien, hay bastante que rescatar en muchos sentidos.

    Buen post (aunque Los Enemigos no me van mucho).

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    1. David Rig: Muy bienvenido a mi espacio de música, debate y humor.
      No me opongo para nada a tu pensamiento, los 80 es una época muy rescatable, tanto en España como en todo el mundo, pero has de reconocer que también hubo mucha basurilla, y es conveniente ir a lo bueno, y eliminar lo malo. Discrepo un poco en el tema de que la movida era continuista, de hecho creo que abrió la mente y más cosas... a mucha gente... en una época de cambios.
      De todas formas Los Enemigos nacen en 1985, cuando la movida empieza a decaer, y en cierto sentido ellos empezaron casi de cachondeo y luego en este álbum se doctoraron como músicos.

      Saludos.

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