Como ya he venido anunciando aquí últimamente Ray Davies ha editado nuevo trabajo el 21 de abril, nueve años después del último que hiciera en solitario, con composiciones nuevas. Sobra decir, que el líder de The Kinks no ha perdido un ápice de calidad a la hora de componer, eso es obvio, pero en este caso concreto hay un detalle importante, no sólo que se ha hecho acompañar de la banda de country-rock americana The Jayhawks, para la grabación en los estudios Konk, sino que los temas suenan frescos, elegantes y con un sonido perfectamente medido. Es su visión de América y Estados Unidos en particular, y que se nutre de sus experiencias en ese país, dándole ese carácter de country-rock que seguramente el maestro de Muswell Hill buscaba. Desde aquellas primeras giras con The Kinks por EEUU, su posterior inclusión en la lista negra creada por American Musicians Union, los años de conciertos en estadios, y su establecimiento en New York y New Orleans, por un lado alegría y por otro sufrimiento.
Canciones sureñas de carretera, music hall, rock al estilo Kinks, y ese country-rock de su propia factoría, todo un cóctel fantástico de quien es sin duda alguna, uno de los mejores compositores de los últimos 50 años. Hasta aquí, más o menos, la presentación del disco en cuestión, pero hay que dejar clara una cuestión que me parece importante, ya que muchas veces los seguidores de grupos míticos piensan que el líder de ese combo, cuando hace cosas en solitario, es una continuación de lo que hacía con la banda, en este caso no es así, puede parecer en algún momento que hay ramalazos que recuerdan a la banda madre, eso es casi inevitable, pero ha de distinguirse con bastante claridad una cosa de otra. El mismo Ray, ha dicho en muchas entrevistas, que a la hora de grabar con The Kinks venía el momento en que su hermano (amor y odio con él tirando siempre más a lo segundo) metía las guitarras... nunca se ha de olvidar que en un grupo aunque haya un compositor principal, las decisiones son de todos, y hay miembros que cumplen funciones de vital importancia para la supervivencia del mismo.
Dicho ésto voy a dar mi visión de las canciones, de un álbum, que sin duda es de lo mejorcito que ha salido en este 2017, y como no, su mejor álbum en solitario, a la vez que disfruto escuchándolo.
Canciones sureñas de carretera, music hall, rock al estilo Kinks, y ese country-rock de su propia factoría, todo un cóctel fantástico de quien es sin duda alguna, uno de los mejores compositores de los últimos 50 años. Hasta aquí, más o menos, la presentación del disco en cuestión, pero hay que dejar clara una cuestión que me parece importante, ya que muchas veces los seguidores de grupos míticos piensan que el líder de ese combo, cuando hace cosas en solitario, es una continuación de lo que hacía con la banda, en este caso no es así, puede parecer en algún momento que hay ramalazos que recuerdan a la banda madre, eso es casi inevitable, pero ha de distinguirse con bastante claridad una cosa de otra. El mismo Ray, ha dicho en muchas entrevistas, que a la hora de grabar con The Kinks venía el momento en que su hermano (amor y odio con él tirando siempre más a lo segundo) metía las guitarras... nunca se ha de olvidar que en un grupo aunque haya un compositor principal, las decisiones son de todos, y hay miembros que cumplen funciones de vital importancia para la supervivencia del mismo.
Dicho ésto voy a dar mi visión de las canciones, de un álbum, que sin duda es de lo mejorcito que ha salido en este 2017, y como no, su mejor álbum en solitario, a la vez que disfruto escuchándolo.
Americana, el tema que da título al disco abre el fuego, con el teclado y la voz de Ray que entra fácil, un medio tiempo delicioso, melodía apacible y a correr, con ese aroma de country-rock que deja claro el pedal-steel guitar, temón para empezar. The Deal empieza con una conversación (forma parte de las memorias del músico), hasta que entra la voz y despacha un medio tiempo donde los valores vocales de Mr. Davies salen a relucir, siempre ha sido un cantante excepcional (me parece que suena hasta más joven). Poetry es una enorme pieza, ya desde el inicio suena más rockera, pero fluye y suena maravillosamente bien, melodía, voz, coros... todo es perfecto. Message from the road es una pieza acústica lenta, bajando el ritmo y un poco la calidad, donde la voz femenina hace un buen contrapunto. Y el asunto vuelve a subir de nivel, y mucho, A Place in your heart, que desde el inicio comparte tareas vocales con la voz femenina, siendo una canción en onda operística incluso con toques de music hall, tiene unos cambios de ritmo preciosos. Mystery room va de menos a más y va cogiendo un ritmo y una onda acertadas, buen tema con su voz sincopada y doblada, con ese piano juguetón que acompaña. Silent movie, pieza acústica de un minuto escaso, es un speech que podría sobrar.
Rock 'n' roll cowboys vuelve a subir otra vez mucho el nivel, con inicio acústico y la voz de Sir Ray se inicia lenta hasta que coge ritmo, y se convierte en un medio tiempo agradable donde los Jayhawks están como peces en el agua, en su salsa, simbiosis perfecta aquí. Change for change parece un canto de los indios americanos, un ritmo bastante repetitivo hace que me sobre un poco, eso si, es un tema bastante distinto al resto. The man upstairs vuelve a sus tiempos de los Kinks con el recitado de una antigua canción... y suelta el speech, acaban siendo momentos de recargar pilas, sobran. I've heard that beat before, es un tema gracioso, con aire de swing y un toque claro a la banda madre, con esos coritos de fondo. A long drive home to Tarzana vuelve al medio tiempo con inicio lento, que va cogiendo ritmo poco a poco, describiendo un viaje por carretera, quizás a este tema un poco de ritmo no le hubiera venido mal. Y llegamos para mi a la joya del álbum, The Great Highway, un temazo de tomo y lomo, con aires más rockeros, y donde la unión de Ray con los Jayhawks alcanzan momentos cumbre, y donde la voz de Mr. Davies está adorable y que te invita a cantar con ellos, maravilla absoluta. The invaders es un tema muy campestre, de country-folk donde la banda americana también tiene momentos de lucimiento. Wings of fantasy remata el trabajo, y francamente es la canción que más me recuerda a los Kinks del álbum, a los de los 80 curiosamente, es un buen tema para acabar, buen medio tiempo disfrutable.
En resumen, Americana es un muy buen trabajo, al que quitaría 3 o 4 cositas, lo dejaría limpio de paja sobrante y sería ya la repera, pero que nos trae al mito viviente en un estado de forma de agradecer y con muy buenas composiciones que harán el deleite de todo buen aficionado que lo quiera escuchar.
No sé si decir esto, pero parece su legado final, aunque sin duda espero que haya más.
Os dejo con el tema A place in your heart.
Os dejo con el tema A place in your heart.
Bien, Carlos.
ResponderEliminarKinkspain: Muchas gracias Largo.
EliminarAbrazo.
Por lo visto tiene pensando en sacar la segunda parte de este album dentro de no mucho tiempo. Con el nivel de este album me daría satisfecho...
ResponderEliminarAnónimo: Miedo me da esa segunda parte, éste álbum después de varias escuchas seguidas... me va bajando en valoración, sin ser malo, no es lo que se dice un disco de darles vueltas y vueltas.
EliminarSaludos.