The Stems, es una banda originaria de Perth, Australia y fueron formados en 1983 por Dom Mariani y Richard Lane, unos serios y documentados estudiosos del underground de los 60's, el garage punk, el rhythm and blues y la música pop. Pero transformaron esas influencias en un powerpop exquisito, en sus inicios más tirando al garaje, pero ya en este disco de 1987 bastante más elegante y con toques rockeros innegables. Antes de este álbum editaron maravillosos singles (5) y Ep's (1) que ya daban cuenta de su clase y categoría, pero es con este disco con el que parten la pana.
Allí en su tierra se convirtieron en reyes de las emisoras independientes de música, y sus giras eran la mar de exitosas. Desgraciadamente el éxito duró poco cuando en lo más alto de su carrera y en las vísperas de seis semanas de gira por Europa, la banda misteriosamente decidió disolverse. Por suerte, reuniones posteriores consiguieron que viéramos al grupo incluso aquí, en este siglo.
Pero ante todo hablamos de una banda de etiqueta negra, enormes temas, y mucho estilo, con ese toque mod y unos teclados muy presentes en las canciones, a parte de la extraordinaria voz de Dom Mariani, al que le debemos todavía una estatua equestre. Por si fuera poco, luego este genio formaría The Someloves y DM3 ahondando en un powerpop más fino por un lado y por el otro en un sentido más rockero.
El disco empieza con el tema que da título al disco, armonías al poder, voz descomunal y guitarras acústicas engarzadas, brutal manera de empezar un disco, con cambios de ritmo preciosos y deliciosos. Sad girl con una guitarra circular y potente desparrama desde el inicio, con un rock soberbio y esa melodía bestial con coros descomunales que nos hacen levitar. Rosebud es un pandemónium de guitarras al inicio, que desembocan en el estribillo a posteriori y con una melodía atractiva que tiene sus paradas y arranques perfectamente calculados. Man with the Golden heart empieza con el bajo y esa guitarra que da paso al teclado humeante (muy mod) que nos sumerge en una melodía muy adictiva, una canción que define muchas cosas del grupo. Running around es un precioso tema de powerpop, con estilo, personalidad, y unas guitarras con reverberación y deliciosas que te elevan completamente a otra dimensión. For always con la entrada de los teclados y las guitarras es pura armonía desde el principio, algo angelical, powerpop de altos vuelos, donde es una pasada disfrutar de la melodía que desprende el tema y ese estribillo acompañado de coros celestiales.
You can't turn the clock back es un tema más rockero en su principio, aunque al final las corrdenadas powerpoperas se hacen con la canción de manera increíble, con estribillo y coros adictivos. Move me es una obra maestra en si misma con esa guitarra lúcida y referente del inicio que nos introduce en la melodía, con unos cambios de ritmo bestiales, y donde las guitarras llevan el ritmo de manera bestial, además de tener un final apoteósico. Mr. Misery con los teclados incendiarios del principio es otra burrada de tema, con melodía grasienta, estribillo genial y unos cambios de ritmo acertadísimos. Can't forget that girl con ese inicio sesentero a tope (me recuerda a Cuéntame) es delicioso, una pieza muy pop y casi diría ye-yé. Never be friends vuelve a la senda mod-rockera, con guitarras que corren y un desarrollo precioso con la voz que se inflitra entre las guitarras para correr a su lado. The otherside acaba de manera bestial el disco, puro powerpop de factura descomunal, guitarras, voz y teclados a pleno rendimiento, disfrute absoluto.
En definitiva, de los mejores discos salidos de la gran isla de Australia, con Dom Mariani a la cabeza, y desde luego los mejores representantes del powerpop facturado en aquellas tierras, disco único, intransferible e incunable.
Este texto fue escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con el tema At first sight.