Mi primer acercamiento a Tame Impala coincidió con
mi inicio en el mundo blogero, es decir, a la vez que ponía en marcha todas mis
ideas en mis primeros post, escuchaba y leía a compañeros que ya llevaban un
tiempo en esto, hablar de esta banda australiana, y sólo oía cosas buenas, pero
claro, hasta que no te pones el disco y no lo escuchas entero, no sabes si
realmente te gusta tanto como podría parecer a priori. Arriesgué y me lo compré
original, cuando todavía no eran muy conocidos, y aluciné en colores, porque
simple y llanamente es una joya, pero parida desde la sencillez que es su gran
virtud, canciones sencillas arropadas por arreglos algo complejos, eso si, pero
que no son abusivos. Un disco, he de admitirlo, que a la primera escucha no es
fácil, pero una vez hecho el oído al mismo y el aprendizaje de todo lo que
contiene, el disfrute es máximo. Las influencias son claras, Syd Barret y los
primeros Pink Floyd psicodélicos, los Beatles del Revolver en adelante y grupos
cohetáneos de esa época.
Una clave de el
álbum es que no hay ni un sólo tema de relleno, con esa psicodelia a raudales
que domina, ritmos acelerados y guitarras que entran en bucles eternos, teniendo
como base unas composiciones excelentes. Kevin Parker, oriundo de Perth, es un
tipo solitario que por momentos me recuerda a Lennon componiendo, a su lado
ácido y más psicodélico. Encima y por si fuera poco, Mr. Parker está a los
mandos de la producción. Estamos ante canciones alucinógenas, no necesariamente
producto de las drogas, sino producto de la cabeza de un chavalote aussie
obsesionado con los sonidos, el espacio y los colores.
It's not
mean to be inicia el disco con esa guitarra circular hace que comience el viaje,
con los ritmos de la batería y la voz de Parker que te envuelven y te llevan en
volandas con esa melodía tan preciosa, pero ya aquí se notan mil detalles
(propongo su escucha con cascos) con sus sonidos y ruiditos que están detrás.
Desire Be Desire Go con la batería al comienzo da entrada a la voz y las
guitarras que rugen y se convierte en otro viaje donde volamos sin falta de LSD,
en una maravilla de sonidos modelados y de darle a los pedales (decir que este
tema ya venía de un Ep previo de 2008). Alter Ego es una obra maestra en si
misma, desde el inicio con esa batería que clava el ritmo, los sonidos
modelados, para mi una canción que anuncia a lo que podrían haber llegado los
Beatles en su evolución psicodélica, un tema profundamente lennoniano. Lucidity
fue el single del disco, pura influencia de los primeros Pink Floyd y aquellos
singles (me recuerda mucho a Point me at the sky), maravilla psicodélica y vídeo
para la historia. Make up your mind? es otro corte en el que desde el inicio te
hipnotiza su ritmo entre la batería y la guitarra, con esos detalles de sonidos
y sintetizadores muy llamativos hasta que llega la voz de Kevin a hacerte
levitar. Solitude is bliss es otra obra de orfebrería, otro pelotazo, con esos
requiebros elípticos de la guitarra del inicio, descomunal melodía y un
desarrollo perfecto. Jeremy's storm es una instrumental que recuerda también
mucho a aquellos desarrollos largos de Pink Floyd en su primer trabajo, fusión
de instrumentos en una amalgama de psicodelia sin fin. Expectations tiene
estrofas atmosféricas que dan paso al mensaje directo del estribillo, todo ello
adornado con una fanfarria de innumerables recodos psicodélicos. Bold arrow of
time es un blues a su estilo, claro está, ritmo machacón al inicio para mezclar
con la parte más llevadera (me recuerda como precursora en cierto sentido de
Elephant). Runaway, Houses, City, Clouds, se inicia en increscendo, viniendo
desde abajo, quizás es el tema menos ameno al oído, con unas secuencias que se
van repitiendo y algo difuso en su exposición, y quizás algo largo en
minutaje.
Cierra el viaje I don't really mind y te
devuelve a la Tierra, después de haber estado por no se sabe dónde flipando en
colores, un gran final de disco, con un ritmo tremendo y una gran
melodía.
Una ópera prima descomunal, que tiene la gran
virtud de no aburrir, ni de alargar en exceso nada, además de que todos los
temas tienen una continuidad estupenda. Un viaje maravilloso del que nunca
quieres volver y quedarte por ahí volando...
Este texto fue escrito por mi para Exile Subterranean Homesick Magazine, y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con el tema Solitude is bliss, tocado en el campo en California en 2010.
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