Hoy Bob Marley hubiese cumplido 70 años, si siguiese vivo, y como homenaje hablo de un disco básico en su carrera y que a mi particularmente me gusta mucho, el Exodus de 1977. Grabado en Londres a raíz de un atentado contra su vida (Jamaica era un lugar en guerra alimentada por los dos partidos políticos dominantes y el compromiso social de Bob le había colocado en una situación de peligro y amenazas), Exodus nos muestra a un Marley con más madurez. Este es un disco único y clave no sólo para la música reggae, sino para la cultura popular en general. Manteniendo el tono político de gran alcance, el álbum nos muestra a un músico con un enfoque algo más reflexivo, en las letras, comparado con discos precedentes.
Este álbum era el sexto de Bob Marley y los Wailers con Island Records (noveno de su carrera), donde Chris Blackwell, su fundador, apostó por ellos 4 años antes casi con los ojos cerrados. En aquel momento, la música de Bob Marley, cargada de exotismo y frescura, junto a la promoción del grupo en el circuito del rock, llevó al reggae a la esfera internacional cruzando fronteras y otorgándole a Bob el papel de líder carismático. El carácter rebelde y contestatario de las letras, los ritmos cálidos del reggae y la dimensión casi mística que el músico le otorgó, hizo que el estilo funcionara de vicio en la Inglaterra pre-punk de principios y mediados de los 70.
En Londres, con 32 años, Marley pudo concentrarse en sus canciones con mayor tranquilidad y anonimato. Fue capaz de juntar un buen número de canciones y grabó los temas de Exodus y Kaya (siguiente álbum) durante las mismas sesiones teniendo al propio Chris Blackwell de productor. Para entender bien las letras del disco, algunos temas fueron compuestos antes del tiroteo, pero la mayoría deben entenderse dentro del contexto de su exilio en Londres, de ahí su tono nostálgico bastante patente a lo largo del trabajo. Hay una gran variedad de tópicos como el amor, la redención, la pasión, la política, la inocencia y la ideología del rasta.
Natural Mystic abre el disco, en el que retrata un momento de sufrimiento, un tema que empieza desde abajo con ese ritmo constante y su voz, para luego ir incorporándose los vientos y esa guitarra que dibuja líneas al fondo. So much things to say hace referencia a su huída, donde destacan esos coros fantásticos de The I Three (Rita Marley, Marcia Griffiths & Juddy Mowatt), con un ritmo constante y simpático. Guiltness recalca el porqué de su exilio, con una clara denuncia basado en un ritmo de puro reggae, un tema fantástico que sigue sonando tremendo. The Heathen con sus guitarras del principio abren para recibir a la voz de Marley y sus coros que le acompañan, es casi una proclama, con esa guitarra elíptica que circula por el tema. Exodus, el tema que da título al disco, es una declaración ruidosa en su contenido y musicalmente es excelsa, con los vientos, los coros y el ritmo perfectamente combinados.
Jamming empieza la segunda cara, para mi gusto una composición superior, desde el inicio con un ritmo fantástico, voces brutales y su significado se refiere a bailar muy cerca juntos durante una celebración al ritmo de la música, y no nada relativo con la marihuana (como erróneamente mucha gente piensa). Waiting in vain es otra pasada, un tema de amor, preciosa balada que sigue sonando de maravilla. Turn your light down low habla de la pasión, un medio tiempo que tira hacia el pop, con guitarras de aires hawaiianos. Three Little birds es otro temazo de tomo y lomo, con un ritmo y un estribillo fantásticos, de los temas más optimistas del disco y desde luego de los más recordados de Bob. Cierra el disco un tema doble, la parte compuesta por Marley, ese One love, tema de redención total, mezclado con la versión de People Get Ready de Curtis Maydfield.
En definitiva un disco mítico, clave en la carrera de Bob Marley y que aguanta perfectamente el paso del tiempo. Es triste ver como a veces, se frivoliza sobre la figura de este artista, cuya trayectoria sobre todo musical, es de un talento y unos valores descomunales. Un tipo comprometido con su época y los suyos, y que desarrolló su música con una combinación fastuosa de lucha, misticismo, filosofía rastafari, e incluso llegó a convertirse en una estrella mundial, viniendo además de un país pobre del que siempre se acordaba.
Os dejo con esa maravilla que es Jamming, interpretada en vivo.
Sigo pensando que a este señor se le debería haber valorado más. Gran disco este que comentas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Evánder: A mucha gente se le pasa que era un excelente compositor, de auténticos himnos, que siguen sonando frescos a día de hoy, desde su visión.
EliminarAbrazos.