Como he venido diciendo desde el 6 de septiembre, fecha de salida del primer single, el pasado 20 de octubre salió a la luz el nuevo álbum de The Rolling Stones titulado Hackney Diamonds, primero sin Charlie Watts (aunque en los créditos aparece como batería en dos canciones), y con nuevo material en 18 años, desde A Bigger Band en 2005, aunque recordemos que en 2016 editaron un disco de versiones de blues, aquel Blue and lonesome. 12 nuevos temas compuestos por Jagger y Richards y donde Andrew Watt ha colaborado en tres de ellos. Se grabó en varios lugares del mundo, incluyendo los Henson Recording Studios de Los Ángeles, Metropolis Studios de Londres, Sanctuary Studios de Nassau, Bahamas, Electric Lady Studios de New York y The Hit Factory/Germano Studios, también de New York. Tiene colaboraciones de mucho nivel como Paul McCartney que toca el bajo en un tema, Elton John el piano en dos, Lady Gaga canta en una canción, el ex Bill Wyman toca el bajo en otra canción, Benmont Tench toca el órgano Hammond, Stevie Wonder el piano en otro tema, etc.,
Primero de todo he de decir que para mí, y esto es algo particular, es que el sonido que a lo largo de los años ha creado este grupo, tenía en la manera de tocar la batería de Charlie Watts algo muy característico, no era un batería ni espectacular, ni un machaca, ni nada por el estilo, sino un tipo elegante, fino, y que llevaba el ritmo con pocos recursos y muy básicos. Eso se ha perdido por completo, ahora Steve Jordan, que es un batería tremendo (una cosa no quita la otra) tiene su manera de tocar la batería genial, a su estilo, muy diferente del de Charlie. La salida de Bill Wyman hace ya muchos años, no era tan notoria, el bajo no influía tanto en el sonido del grupo, suplido por otros músicos que aportaban ese instrumento, su ausencia no fue tan significativa.
Dicho esto, este trabajo no está mal, tiene buenos momentos y es disfrutable, pero no es ni mucho menos su mejor disco.
Mess it up inicia la segunda cara, una canción donde los Stones de siempre vuelven a la carga, guitarras con riffs potentes y Jagger mandando con la voz, un tema con estribillo adictivo y donde también volvemos al estilo ochentero. Live by the sword es la segunda colaboración de Elton John al piano (aquí si se nota su presencia constante), buen rock and roll de riffs afilados y con Jagger desatado, que cuenta con un solo de guitarra espectacular. Driving me too hard vuelve al medio tiempo, buen tema donde el asunto vocal es quizás el más destacable. Tell me straight es el tema que canta Keith Richards, otro medio tiempo de buena factura. Sweet sounds of heaven es un tema con colaboraciones de mucho glamour, Lady Gaga y Stevie Wonder participan en esta muy buena tonada, donde la primera pone sus cuerdas vocales junto a Jagger y el segundo toca el piano en una gran canción que va de menos a más con su increscendo, un rhythm & blues con toques de jazz y donde Gaga lo borda la verdad. Como final del disco se eligió el tema Rolling Stones blues, versión del clásico de Muddy Waters que como todo el mundo sabe es una influencia de siempre de este grupo, y que suena a la antigua, como debe ser.
En definitiva un disco con momentos buenos, que es divertido y disfrutable con guiños al pasado, y que desde luego es bastante más de lo que se esperaba, siendo ya casi octogenarios sus miembros.
Os dejo con el tema Get close.
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