lunes, 11 de octubre de 2021

Led Zeppelin - Nobody's fault but mine (1976)

Después de editar su disco doble de 1975 Physical Graffiti, que les situó por derecho propio en la cima del rock y con 6 discos en 6 años, poco hacía pensar que las cosas se podrían torcer para la banda británica, pero en agosto de 1975 Robert Plant, su cantante, sufre un accidente de coche con consecuencias importantes y tuvo que estar en reposo durante una temporada. Ante la situación Jimmy Page decidió que era un buen momento para grabar un nuevo disco, ya que la gira estaba anulada, y así sacarían algo de provecho de los meses de recuperación de la voz de la banda. Plant no andaba, estaba en silla de ruedas y entre la Isla de Jersey y Malibú, iba preparando las letras de las nuevas canciones para que a los pocos días Page y él fueran dando forma a sus ideas con voz y guitarra, de manera acústica. Con todo listo, los dos marcharon a los Hollywood Sir Studios para mostrar sus creaciones a John Paul Jones y John Bonham para que estos añadieran su sección rítmica, e hicieran los ensayos pertinentes para ir a grabar a Munich las versiones definitivas, algo que les llevó sólo 18 días, cosa que tenía muy sorprendidos a los siguientes inquilinos del estudio de grabación, unos Rolling Stones que llevaba dos años intentando sacar adelante Black and blue.
Este nuevo disco de Led Zeppelin se llamaría Presence, contaba con 7 temas solamente, y tuvo unas sesiones en el estudio de 18 a 20 horas, sobre todo ocupadas por Page con sus partes de guitarra, ante la imposibilidad de movimientos de Plant, ya que estaba en el sótano de un hotel viejo y seguía en silla de ruedas. Es por esto, que el trabajo representaba tensión por los problemas en la grabación, pero mucho tesón, esfuerzo, ilusión y corazón por sacar adelante el disco lo mejor posible, de ahí que no se entienda muy bien porqué este disco es de los menos valorados de la banda, creo que de manera injusta.
Nobody's fault but mine es uno de los cortes del disco, cuya intro es un poco repetitiva con el riff de guitarra, hasta que entra la sección rítmica y todo coge rumbo, además la parte final con ese tramo folk y la armónica le dan una variedad estupenda.


Os dejo con Nobody's fault but mine.

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