Cuando empecé a escuchar jazz, las personas que sabían me decían que el Kind of blue de Miles Davis era una piedra de toque fundamental, un disco mítico e imprescindible, y evidentemente lo hice y lo comprobé. Kind of blue, editado el 17 de agosto de 1959 es una obra maestra indiscutible que marcó un hito en la historia del jazz (ese mismo año había editado Porgy and bess). Una de sus características principales es que fue el resultado de una colaboración excepcional de algunos de los músicos más talentosos de la época liderados por Davis. A nadie escapa que Miles Davis era un genio visionario y lideró la sesión, dejando una marca indeleble con su trompeta magistral, y le acompañaron nada más y nada menos que el saxofonista John Coltrane, el pianista Bill Evans, el bajista Paul Chambers, el batería Jimmy Cobb y el saxofonista alto Julian "Cannonball" Adderley.
Para entender la gran importancia del disco, es importante su contexto, ya que en esa década de los 50, el mundo del jazz sufría una evolución constante. El bebop había dominado el estilo sobre todo durante la década de los 40, pero había músicos y Davis era uno de ellos, que querían explorar nuevas direcciones musicales. El jazz modal ganaba terreno y en lugar de depender de armonías de acordes complejas como en el bebop, se centraba en escalas y modos, lo que provocaba mucha más libertad y que la improvisación fuera por donde los músicos inventasen, sin estar encorsetados.
All blues es el tema más largo del trabajo, que nos sumerge en una atmósfera serena, tranquila y relajada en la que los vientos llevan la melodía de manera genial.
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