Como decía ayer, The Delines es una banda de Portland, Oregón, que han editado en estos días The sea drift, su nuevo trabajo discográfico que sucede a The Imperial de 2019 del que también se habló aquí. Se trata de una banda que toca palos estilísticos que tienen que ver con el country-folk y el sonido denominado Americana. Con voz femenina de Amy Boone y un destacado pedal steel guitar que corre a cargo de Tucker Jackson (de Minus 5), que suena de lujo en todo el trabajo, se trata de un disco apacible y donde los sonidos evocadores y la sedosa voz principal, te inducen a una escucha relajada y sin sobresaltos. Rematan la formación Jenny Conlee (The Decemberists) en los teclados, Sean Oldham a la batería y percusiones, Willy Vlautin (de Richmond Fontaine) a la guitarra y Freddy Trujillo al bajo.
Este cuarto álbum de esta superbanda es una continuación perfecta del anterior y muchas cosas de aquel están en este, aunque aquí los temas están mejor arreglados y orquestados pienso. Ayer me detuve en el tema Drowning in plain sight delicioso medio tiempo amable, delicioso con esos adornos de viento estelares y también orquestales, mientras la voz de Amy te mece. Hoy hablo de Little earl que empieza el disco, otra deliciosa pieza a medio tiempo de una gran melodía, con el teclado acompañando de lujo, los arpegios de guitarra y esos coros precisos, mientras la voz de Amy domina.
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