Si hace tres días felicitaba a Paul McCartney, ahora le toca el turno a Ray Davies, ambos británicos hasta la médula, los genios nacieron en junio. Sir Ray Davies cumple hoy 76 años. Nacido en el barrio de Fortis Green en Londres, Gran Bretaña. Uno de los compositores más grandes que ha parido madre, a la altura de los Beatles en muchos momentos, porqué no decirlo. Además soy fan de su manera de cantar, que siempre me ha parecido excelente y especial a la vez, con diferentes tonos y registros cuando la ocasión lo requería. Su banda mítica The Kinks, para mi están a tal nivel, que posiblemente sea el grupo con el que más conocimiento he adquirido con el paso de los años, los que más me han ido interesando y sobre todo porque mi concepción de su obra ha de hacerse conjuntamente de música y letra, donde la mayoría de las composiciones eran de este señor. Su turbulenta relación con su hermano Dave, da para varios libros... recomiendo saber algo de ello.
The Kinks en los años 60, en la época de la cultura del single, editan canciones memorables, y cuando son vetados en Estados Unidos son más británicos que nunca y editan discos conceptuales que son auténticas joyacas, ya en la segunda mitad de esa década.
Pero luego llegaron los 70, hablaron de su barrio de Muswell Hill americanizando su sonido, llegaron las óperas rock y los nulos éxitos comerciales (eso no lo entendía casi nadie, demasiado avanzado a la época), mientras su cambio de RCA a Arista, les hará volver al rock, americanizar definitivamente mucho su sonido, arrasar en Estados Unidos, y triunfar a lo grande.
En los 80 aún mantuvieron una gran capacidad hasta mediados de la década, hay grandes discos en esos primeros años 80, State of confusion por ejemplo.
En mi caso particular, el crecimiento de mi perspectiva de la obra de The Kinks y Ray Davies en solitario ha sido cultivada entre sesiones de Dj, conversaciones con gurús kinkeros, lectura de libros y por supuesto por asistir a las Konvenciones de Fans de los Kinks en España.
Hoy en homenaje a Ray os dejo con el tema Everybody's a star (Starmaker) del disco Soap Opera de 1975.