En el año 2004 apareció una banda en el panorama musical que rompió moldes, y de qué manera. Eran los escoceses Franz Ferdinand (cuyo nombre hace honor al archiduque austriaco asesinado por el extremista serbio Gavrilo Princip, acto que supuso el desencadenante de la I Guerra Mundial) y os aseguro que la primera vez que los escuché, pensaba que eran alemanes, pero nunca escoceses. Me dejaron boca abajo con su primer single, Take me out, bandera de este primer disco homónimo. Voy a dejar claro que no es un disco fuera de serie, aunque tiene momentos excelentes, pero son capaces de crear pegadizas melodías y estribillos sin perder la musicalidad e instrumentación, llenas de vivacidad, energía y estilo. Música afilada por momentos, pero ante todo el sonido destaca compacto, de una banda ya muy rodada para un primer disco. Lo único que se les puede achacar es cierta repetividad en algunas partes de algunos temas, pero por poner pegas vaya.
Un primer álbum en el que la banda deja claro que de momento caña, y nada de baladas, con ritmo sin descanso y también dejando claras sus influencias, haciendo un revival de aire post-punk o new wave, como Talking Heads, Sparks o incluso Orange Juice (aquella banda del también escoces Edwyn Collins). Pero en el fondo estos chicos de Glasgow hacían y hacen pop, con mucha energía, bailable en muchos momentos... pero es pop y de altura.
Un primer álbum en el que la banda deja claro que de momento caña, y nada de baladas, con ritmo sin descanso y también dejando claras sus influencias, haciendo un revival de aire post-punk o new wave, como Talking Heads, Sparks o incluso Orange Juice (aquella banda del también escoces Edwyn Collins). Pero en el fondo estos chicos de Glasgow hacían y hacen pop, con mucha energía, bailable en muchos momentos... pero es pop y de altura.
Jacqueline abre el fuego lentamente y con apariencia acústica (aire a los Kinks) hasta que el bajo aparece y luego las guitarras tensas y nerviosas que meten ritmo, y directamente al estribillo, sin medias tintas, brutal comienzo, donde hay cambios de ritmo preciosos. Tell her tonight es otro tema rítmico a tope, pero este desde el principio, con estribillo adhesivo y una pegadiza línea de guitarra. Y viene Take me out, a día de hoy se trata de un himno, coreado hasta rabiar en sus conciertos, en pinchadas y demás. Se trata de un hit en toda regla ya que su ritmo y su música son demoledores, con una melodía pegadiza a más no poder y un estribillo que se te queda rápido. De esas canciones que no paras de tararear, sin llegar a quemarla, que es lo que hay que hacer. The dark of the Matineé posee unos fantásticos riffs de guitarra y una potencia excelente, con sus acertados cambios de ritmo y un aire en la voz de Alex Kapranos al gran Jarvis Cocker de Pulp. Auf Achse empieza con piano y un sintetizador que crea atmósfera que da ese toque melancólico y algo oscuro, donde Kapranos empieza a mostrar toda la paleta de registros vocales, aquí más grave que describe un amor no correspondido.
Cheating on you es la canción de aire más garage y punk del disco, con buenos cambios de ritmo y un riff de guitarra que es marcado e incisivo. This fire se inicia con los platillos de la batería y los arpegios de guitarra hasta que entra la voz y viene el cambio brutal de ritmo, a partir de ahí el estribillo se adueña del tema y lo convierte en un furor, algo repetitivo en determinados momentos. Darts of pleasure fue curiosamente el primer single, muy sensual, donde cantan en alemán y dicen aquello de "Me llamo Súper Fantástico, bebo champán con salmón", deliciosa canción, una de mis favoritas del disco, con una línea de bajo espectacular. Michael empieza con un riff de guitarra increíble que te pone las pilas desde el segundo uno, a la vez que la entrada de la voz de Kapranos es alucinante, fantástico y ambíguo tema donde Alex quiere bailar con un tal Michael, un tipo vestido de cuero y que menea las caderas de forma sexy. Come on home es la gran pieza oculta de este discarral (precursora de la posterior Outsiders) donde el ritmo es de lo más bailable, además de una batería poderosa y ese sólo de teclado con su aire psicodélico que me sigue haciendo levitar. 40 FT remata el trabajo con su guitarra sinuosa e inquietante, un medio tiempo algo calmado para finalizar y cierto aire post-punk.
En definitva un álbum necesario y que sacudió en su momento el mercado discográfico con algo diferente, novedoso y de calidad, además de mostrarnos a una banda que a partir de ese instante no dejarían de subir como la espuma y confirmar disco a disco su grandeza, no quedándose en flor de un día.
Os dejo con el vídeo de Darts of pleasure.
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