En el año 1991, seis años después de Brothers in arms, que supuso un éxito masivo de la banda liderada por Mark Knopfler, y 5 después de haber acabado la gira del mismo que les dejó agotados psicológicamente, volvían con nuevo disco, que a la postre sería el último de estudio, aunque las señales previas parecían indicar la disolución de la banda, primero la edición del recopilatorio "Money for nothing" en 1988, su aparición ese mismo año en el homenaje a Nelson Mandela en Wembley, que parecía una despedida, y los proyectos en solitario de Mark Knopfler, cuya inquietud era evidente y realizó varios trabajos musicales de envergadura en 1990, como fueron su disco con The Notting Hillbillies, aquella banda con músicos veteranos y su inseparable Guy Fletcher, un álbum excelente y ese otro trabajo con el gran Chet Atkins a dúo, además de componer y tocar en el disco Hell to pay del canadiense Jeff Healey. A eso hay que añadirle la incombustible labor de Mark en las bandas sonoras, haciendo la maravillosa "La princesa prometida" (1987) y Last exit to Brooklyn (1989).
Todos esos discos influyeron de una manera evidente en las composiciones de este álbum, pero aquí también había alguna canción antigua recuperada para la ocasión, otras nuevas y relucientes y otras que indagaban en estilos hasta entonces poco revisados por el grupo, que le confiere al álbum una variedad de paleta que era nueva y enriquecedora, sin duda.
Pero por si fuera poco, la formación que grabó el álbum y que luego hizo la gira es de armas tomar. A los fijos en el grupo, es decir Mark Knopfler a la voz y guitarra solista, John Illsley al bajo y coros, Alan Clark y Guy Fletcher a los teclados, se les unieron el guitarrista Phil Palmer, la batería corrió a cargo de Jeff Porcaro que sólo grabó el álbum (en dos temas fue Manu Katché) y Chris Whitten (que había trabajado con Paul McCartney) que grabó los vídeos he hizo la gira completa, Danny Cummings a las percusiones, Chris White al saxofón, Paul Franklin al pedal steel guitar y la colaboración en los arreglos de cuerda del mítico George Martin. Se trata de un gran trabajo, que contaba con músicos de excepcional categoría y lo más importante, temas espectaculares que lo componían, muchos de ellos singles siderales. Aquí hay rock, country-rock, toques jazzísticos, swing, incluso rockabilly y una ranchera de baile de salón. Ojo porque hablamos de un disco que vendió millones y millones de copias y fue número 1 en Noruega, Austria, España y Suiza, por ejemplo.
Comienza el álbum con el que fue el primer single, Calling Elvis, una canción muy especial con homenaje incluído al rey del rock y los míticos muñecos thunderbirds haciendo de los miembros de la banda, un tema de rock muy potente con toda la maquinaria a pleno rendimiento que abría todos los conciertos de la gira, y donde se alargaba hasta los 10 minutos con sólos de todos los músicos. Continúa con On every street, la canción que daba título al disco, con dos partes muy diferenciadas, primero una lenta con piano, voz, clarinete y leve guitarra, para hacia la mitad desarrollar una maravillosa parte instrumental donde la guitarra de Mark es la protagonista junto al pedal steel guitar y a la sección rítmica. When it comes to you es un delicioso y elegante country-rock donde la voz y la guitarra más el ambiente atmosférico creado, tienen como resultado un temazo de tomo y lomo con pasajes brutales. Fade to black es un tema lento de claro aire jazzístico, con una guitarra sincopada de Mark realmente brillante, pero para mi la verdadera locura de este tema es como lo canta Mr. Knopfler, para que luego digan que su voz nasal no tiene registros. The Bug es otro de los singles claros del disco, con su ritmo rockabilly, un estribillo muy coreable y donde el pedal steel guitar de Paul Franklin se marca un sólo maravilloso, un tema alegre, prima lejana de Walk of life. Cierra la primera cara You and your friend, que me parece una balada deliciosa con dos guitarras que se entrelazan y tienen un duelo de sólos (ecos de Ry Cooder y su Paris, Texas), que tocaban en la gira y poca gente entendía, pero que a mi me encantaba.
Heavy fuel abría el fuego en la segunda cara, la hermana gemela de Money for nothing para muchos por el ritmo de rock duro guitarrero, con un estribillo muy marcado y la voz casi camuflada de Mark. Iron hand es una obra maestra en si misma de canción, con la voz y la guitarra dobro de Mark, en el que relata una letra que habla de guerras, de luchas entre hermanos y de que la historia se repite muchos siglos después. El tono sombrío y desgarrador de este canción me sigue estremeciendo a día de hoy. Y llega Ticket to heaven, menudo cambio de palo, pasamos a una ranchera de baile de salón, donde los pianos destacan maravillosos y los arreglos de cuerda de Sir George Martin son una locura, además de la melosa voz de Knopfler. My parties en principio era el tema descartado del disco, pero al final se incluyó acertadamente pienso, una crítica hablada (curioso esto, hasta entonces poco frecuente) sobre las fiestas de la "beautiful people" y donde el saxo de Chris White está majestuoso. Planet of New Orleans es un viejo tema recuperado para el álbum y puesto al día, con una preciosa intro de la guitarra de Knopfler y que nos describe un paseo por las noches de Bourbon street, es un paseo apasionante, casi de banda sonora, con un sólo de saxo memorable y un sólo final de guitarra de quitar el hipo. Termina el disco con How long, un tema de country ligero, muy simpático, que sonaba a despedida en su día, y así era.
Heavy fuel abría el fuego en la segunda cara, la hermana gemela de Money for nothing para muchos por el ritmo de rock duro guitarrero, con un estribillo muy marcado y la voz casi camuflada de Mark. Iron hand es una obra maestra en si misma de canción, con la voz y la guitarra dobro de Mark, en el que relata una letra que habla de guerras, de luchas entre hermanos y de que la historia se repite muchos siglos después. El tono sombrío y desgarrador de este canción me sigue estremeciendo a día de hoy. Y llega Ticket to heaven, menudo cambio de palo, pasamos a una ranchera de baile de salón, donde los pianos destacan maravillosos y los arreglos de cuerda de Sir George Martin son una locura, además de la melosa voz de Knopfler. My parties en principio era el tema descartado del disco, pero al final se incluyó acertadamente pienso, una crítica hablada (curioso esto, hasta entonces poco frecuente) sobre las fiestas de la "beautiful people" y donde el saxo de Chris White está majestuoso. Planet of New Orleans es un viejo tema recuperado para el álbum y puesto al día, con una preciosa intro de la guitarra de Knopfler y que nos describe un paseo por las noches de Bourbon street, es un paseo apasionante, casi de banda sonora, con un sólo de saxo memorable y un sólo final de guitarra de quitar el hipo. Termina el disco con How long, un tema de country ligero, muy simpático, que sonaba a despedida en su día, y así era.
Los últimos Dire Straits, muy diferentes a los de 1978, pero no por ello menos buenos, mucho mejores músicos y con la paleta de estilos enormemente abierta. Un disco que recibió bastantes críticas en su momento, pero que a mi me parece de una calidad excelsa y que desde luego en ventas no tenía rival.
Os dejo con el vídeo con dos vídeos, primero el de The bug.
Y luego el de Heavy Fuel.
Pues diría que es mejor que el Brothers , si no el mejor del grupo .
ResponderEliminarOrlando: Eso es mucho decir, es un gran disco, pero Brothers is arms es mucha tela, fue el salto definitivo y tiene temas extraterrestres.
EliminarSaludos.
Sobre gustos no hay nada escrito , asi que no voy a discutir .
ResponderEliminarOrlando: Claro, si a todos nos gustara lo mismo sería un coñazo.
EliminarSaludos.
Los denostados Dire Straits, a pesar del pelotazo de Brothers in Arms, demostraron una vez más ser unos excelentes músicos de estudio aunque para muchos fuera una banda sólo para
ResponderEliminardirectos.
Gran reseña, amigo. Sabes que coincidimos en gusto.
Un abrazo!
Evánder: Denostados por torpes sin duda, no por nosotros. Yo siempre he dicho que un disco buenos de estudio que se defiende en vivo todavía mejor denota la calidad de la banda, y este es el caso, pero en estudio eran bestiales.
EliminarMuchas gracias, somos fans sin duda de esta banda.
Abrazos.
Eso de torpes , `por quien vá? , yo sólo comparaba los discos .
ResponderEliminarTres cuartos de igual manera para ti Evander , ahora resulta que opinar sobre discos es denostar , cuando han sido una pedazo de banda .
Orlando: Hombre no te des por aludido, que no va por ti, si decimos eso a los que se metían con ellos, por dios.
EliminarSi no hay nada que discutir, nos gustan a los tres.
Saludos.
Para nada era una referencia a tu persona, Orlando. Ni siquiera recuerdo haber leído tu comentario cuando escribí el mío.
EliminarMe quedo con el sonido ochentero de la banda, sobre todo de la guitarra de Mark. A veces la perfección no suena mejor que lo estridente, pero para gustos colores. Saludos. Y lo digo cómo fan de DS y de MK.
ResponderEliminarUnknown: Yo si tengo que elegir, me quedo con el sonido setentero de la banda y parte del ochentero que es muy variado, pero vamos, es como las partes del cerdo, me gusta todo.
EliminarSaludos.
Discrepo, este es un disco de Mark Knopfler con Dire Straits de acompañamiento, ya lejos queda aquello que gritaba en los concierto s MK de "Dire Straits Rock and Roll Orchestra!". Disco sumamente pretencioso y ya avejentado al salir: Poco fresco, con un tono aburridísimo y totalmente desconcertante para lso que esperábamos algo de DS en su línea. Si bien es cierto que me merece respeto el cambio de MK para intentar alejarse de su pelotazo ochentero "Brothers in Arms", una vez puesto el monstruo en funcionamiento, todos nos quedamos con la cara de tontos (yo era muy joven) cuando nos compramos el disco con ansia: Calling Elvis es un single fallido, largo.; Heavy fuel un sofrito de Money for Nothing,... a destacar solo grandes temas en la línea DS: On every Street, When it COmes to you y la increíble Planet of New Orleans.
ResponderEliminarLo dicho, MK se hizo un Juan Palomo, derivó a DS a lo que él quería hacer en solitario y se cargó el invento. Para este viaje no hacía falta estas alforjas
Antonio: Es buena la discrepancia aportando argumentos, pero me vas a permitir que te aclare alguna cuestión, desde mi modesto punto de vista. Es cierto, y eso no es muy discutible, que la formación de este disco si la comparas con la de los primeros discos, pues es muy diferente, ahora bien, Mark Knopfler siempre compuso los temas de Dire Straits, por esa misma regla de tres toda la carrera del grupo entera sería MK + el resto de la banda. Otra cuestión es hacia donde iba el sentido estilístico de este disco o porqué estaba influido, y es más que evidente que los discos de Mark con Notting Hillbillies y Chet Atkins el año anterior influyeron y mucho.
EliminarBrothers in arms es un disco sublime, y evidentemente este debía ser diferente, y lo consigue, nunca he dicho que este trabajo sea mejor que el de 1985, ni mucho menos, pero me parece un buen disco como cierre de carrera. Creo que Calling Elvis era un gran single que dejaba la puerta abierta a su expansión de minutaje en directo, como así hacían. Te olvidas de canciones tremendas creo, como Iron hand, Fade to black o The bug.
Además los vi en esa gira en directo, y ese recuerdo es para mi imborrable.
Saludos.
Muy bueno.
ResponderEliminarJavier López: Supongo que te refieres al disco, lo es.
EliminarSaludos.