Como todo el mundo sabe a estas alturas, justo dos días antes de morir, David Bowie editaba el que fue al final su último legado musical, ese Blackstar del que hablé en su día de salida a la venta. Un álbum en el que estaba anunciando lo que luego pasaría, pero a su manera, con señales que había que entender, y que al principio nadie conseguíamos descifrar ya que no éramos conscientes de la situación. Ahora todo está muy claro, se despidió a lo grande, como quiso, y siendo otra vez la vanguardia. En este trabajo hay jazz sinuoso, hay muchas atmósferas, y hay momentos que recuerdan a la trilogía berlinesa como la última canción, que a mi me resulta realmente impactante, I can't give everything away, con esa especie de corneta inicial es un medio tiempo fantástico con un ritmo juguetón y donde en la segunda parte de la canción la guitarra de Ben Morder lo borda, recordando a aquella de Robert Fripp setentera.
Os dejo con I can't give everything away.
me encanta ésta canción.... es un broche digno para su último y gran disco.... distinto, como él mismo...
ResponderEliminarpensar que es su última canción me pone mal.... en fin, saludos...
JLO: Esa un temazo verdaderamente espectacular y para mi quizás la más alegre dentro de un disco de aire oscuro y agobiante por lo que ya sabemos.
EliminarSi, la verdad es que está colocada en último lugar y me temo que muy aposta.
Saludos.
un gran musico
ResponderEliminarsaludos
Paula: Si, claro, y que desgraciadamente ya no está entre nosotros.
EliminarBesos.
Enorme tema , una gran despedida del gran Bowie.
ResponderEliminarEl disco es un obra de arte y I can't give everything away una de las mejores canciones de su carrera , tiene este sonido tan personal esta elegancia. Una maravilla!.
Saludos,
digital33rpm: Temazo sideral amigo, a mi no deja de darme grandes momentos en el coche, en las pinchadas (suelo abrir sesiones con ella) y si, coincido en que entre las no menos de 100 canciones memorables que tiene, esta es una de ellas.
EliminarSaludos.