Brian Fallon, el líder, cantante y guitarra de The Gaslight Anthem anunció en una entrevista hace un tiempo un descanso de la banda, y que andaba preparando temas nuevos para lo que sería su primer disco en solitario, aparte de Horrible Crowes o Molly and The Zombies, sus otros proyectos paralelos. Y el 11 de marzo se puso a la venta Painkillers, su primer trabajo en solitario, del que ya he adelantado dos temas estos días.
El disco es una propuesta que suena fresca y más folk que la de su banda, y quizás esa sea la vía de escape que necesita él como frontman de un grupo, que ya tiene demasiada exposición al público. Pero cuidado, eso si, los parámetros musicales no son muy diferentes a lo que ha hecho hasta ahora, por así decirlo se podría considerar a este disco un hermano pequeño de los trabajos de The Gaslight Anthem, pero con un sello más personal de Brian y tanto las melodías como su voz, son marca inconfundible de la casa.
Se trata de 12 temas que no sobrepasan los 3 minutos y algo en ningún caso, por lo que el álbum se hace ameno al oído y muy disfrutable. Brian sigue componiendo muy bien, y en este caso son todo suyas, excepto 3 canciones compuestas a pachas con el guitarrista Butch Walker, el cual produce el álbum. Mark Stepro a la batería y Catherine Popper al bajo han participado en la grabación. De sus compañeros de la banda, Alex Rosamilla toca el piano en un par de temas.
El disco es una propuesta que suena fresca y más folk que la de su banda, y quizás esa sea la vía de escape que necesita él como frontman de un grupo, que ya tiene demasiada exposición al público. Pero cuidado, eso si, los parámetros musicales no son muy diferentes a lo que ha hecho hasta ahora, por así decirlo se podría considerar a este disco un hermano pequeño de los trabajos de The Gaslight Anthem, pero con un sello más personal de Brian y tanto las melodías como su voz, son marca inconfundible de la casa.
Se trata de 12 temas que no sobrepasan los 3 minutos y algo en ningún caso, por lo que el álbum se hace ameno al oído y muy disfrutable. Brian sigue componiendo muy bien, y en este caso son todo suyas, excepto 3 canciones compuestas a pachas con el guitarrista Butch Walker, el cual produce el álbum. Mark Stepro a la batería y Catherine Popper al bajo han participado en la grabación. De sus compañeros de la banda, Alex Rosamilla toca el piano en un par de temas.
Comienza el álbum con A wonderful life, tema que suena a Bruce Springsteen por los cuatro costados, además del guiño en el vídeo al primer disco del Boss, gran melodía y con la voz inconfundible, buen single. Painkillers que da título al disco, quizás sea la canción que más recuerda a su banda de siempre, con una melodía muy llamativa, coros, y ese medio tiempo rockero marca de la casa. Among other foolish things es de tono más folk y acústico, pero sin embargo es otra delicia, porque el tema corre con esa letra del sueño americano de los 60, canción nostálgica y visión romántica. Smoke vuelve al Fallon de siempre con esas handclaps de acompañamiento inicial, mientras la guitarra acústica lleva el ritmo y ese piano está muy presente. Steve McQueen es una canción de marcado tono acústico, en principio dedicada al mítico actor, en el que le gustaría reflejarse o parecerse. Nobody wins es un tema de folk campestre al estilo de Brian y donde me encanta como la canta y la línea de bajo de la canción.
Rosemary empezaría lo que sería la segunda cara con fuerza, canción muy onda del Boss, un tema rockero de gran melodía y resolución perfecta. Red lights vuelve al tono folk campestre, donde los cambios de ritmo están deliciosos. Long drives es la más country con ese pedal steel guitar que suena, y eso demuestra que por algún lado debía notarse que el disco está grabado en Nashville, la cuna del country, enorme temazo. Honey Magnolia es una maravilla, desde el inicio con guitarra acústica y piano más la voz que te atrapa, y ya no te suelta, deliciosa composición. Mojo hand es simpática, saltarina y me recuerda mucho a Tom Petty, destacable tema este. Open all night cierra el disco, canción a medio tiempo de tono acústico con bonitos coros, buen final de trabajo.
Rosemary empezaría lo que sería la segunda cara con fuerza, canción muy onda del Boss, un tema rockero de gran melodía y resolución perfecta. Red lights vuelve al tono folk campestre, donde los cambios de ritmo están deliciosos. Long drives es la más country con ese pedal steel guitar que suena, y eso demuestra que por algún lado debía notarse que el disco está grabado en Nashville, la cuna del country, enorme temazo. Honey Magnolia es una maravilla, desde el inicio con guitarra acústica y piano más la voz que te atrapa, y ya no te suelta, deliciosa composición. Mojo hand es simpática, saltarina y me recuerda mucho a Tom Petty, destacable tema este. Open all night cierra el disco, canción a medio tiempo de tono acústico con bonitos coros, buen final de trabajo.
Painkillers es un muy buen trabajo, una excelente reencarnación y concrección del mundo personal de Brian Fallon, donde el artista traza su propio camino al margen de la banda que le vio crecer y lo hace con solidez, un lado más folk quizás, pero de gran calidad, porque hay buenas canciones.
Os dejo con el vídeo del tema que da título al álbum, con tintes cinematográficos.
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