Como decía días atrás, Josh Rouse, el músico de Nebraska, editó el año pasado su último disco Going places. Hablamos de un artista que no es fácil de clasificar o encasillar, y quizás ahí resida mucha parte de su encanto. En su ya larga trayectoria ha transitado por el folk (quizás el más dominante), indie-pop, soft-rock, incluso country, además de tener pinceladas referentes de algo de electrónica y jazz. Destaca su habilidad para componer bellas canciones con melodías elegantes, transparentes, de tono melancólico, y que por lo escuchado en este disco tienen en el folk-pop sedoso y de etiqueta el estilo dominante actual.
Hollow moon fue uno de los singles, una preciosa canción con estribillo adictivo y melodía que engancha. El otro día hablé del tema que abre ese disco, el Apple of my eye, con un teclado destacado al inicio de una juguetona y alegre melodía que engancha. También hablé de City dog, un medio tiempo de una clase soberbia, tema que no deja de estar en mi cabeza. Ahora hablo de She's in L.A. una tranquila tonada de aire desenfadado donde Josh habla de una chica que prefiere vivir en Los Ángeles.
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