Como llevo diciendo desde hace días, el nuevo disco de la banda de Seattle Fleet Foxes no se anunció y llegó ese cuarto álbum justo con el equinocio que divide verano y otoño, se puso en circulación el 22 de septiembre con el título de Shore. La numerosa banda liderada por Robin Pecknold, inició su carrera allá por 2008 con un disco homónimo de bucólica dulzura y voces polifónicas, que por momentos te hacían volar bien a la edad media o también incluso al folk-rock más puro de los 60. Eso tuvo continuidad en su segundo álbum tres años más tarde, aquel Helplessness blues, de muy buena calidad. Y luego vino un extraño parón de 6 años, hasta ese Crack-Up, esa desconcertante vuelta con algo muy inconexo y un trabajo al que costaba cogerle la onda. Pero aquí en Shore, por los temas escuchados, parece que todo vuelve a su sitio con un repertorio sosegado, agradable e incluso entrañable también. Es por esto que no ha habido goteo de singles previos, ya que el álbum es un compendio de temas unificados que hay que escuchar en su totalidad. Ya he puesto tres temas del disco que van por un camino plácido, pues este de hoy no es muy distinto, ese A long way past the past incorpora vientos que quedan de lujo empastados con la melodías de dulces guitarras y teclados.
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