jueves, 4 de octubre de 2018

Suede - The Blue Hour (2018)


Suede emergieron a principios de los 90 como una banda que hacía algo muy distinto a lo reinante en esos años, el grunge, ya que ellos proponían glamour, pasión y ante todo temones con unos referentes musicales del calibre de Bowie, T-Rex, The Smiths, etc... Nunca se parecieron ni a lo imperante en el mundo, ni al rollo britpop de su país, lo suyo era otra historia, gloriosa.
Brett Anderson y Bernard Butler cocinaron dos primeros discos de un nivel impresionante, el segundo se marchó y siguió a buen ritmo la maquinaría hasta finales de los 90, cuando empezaron a decaer hasta llegar a 2002 donde bajaron el pistón y pararon el carro.
Pero es curioso como su vuelta en 2013 con Bloodsports como dije aquí en su día, les devolvió con bastante dignidad, frente a los que pensaban que era un regreso sin futuro, pero lo más curioso aún, es que con Night Thoughts hace dos años mejoró la propuesta y ya en este 2018 con The Blue Hour regresan al trono en el que ellos se subieron a mediados de los 90. Editado el 21 de septiembre fue anunciado por su líder como un disco "progresivo, expansivo, complejo y diverso"...
He de decir, que este álbum me ha ido ganando escucha a escucha y que tiene momentos que me han vuelto a poner la carne de gallina, como hacía años no me pasaba con ellos, incluso contiene varios temas que pasan a formar parte de mi Top 5 de la banda. La vida sin Suede es menos vida...


As one abre el disco de manera sorpresiva y esos cantos diría gregorianos hasta que la guitarra irrumpe y se genera una mezcla de melodía de piano y coros que hace de alfombra para la voz de Brett Anderson. Y sin solución de continuidad viene una de las joyas del álbum Wastelands, que posee un riff y un estribillo típico de ellos, pero no por ello deja de ser un tema inmenso con esa épica y esa tristeza bella que les caracteriza. Mistress se inicia con un riff parecido al anterior tema, pero enseguida se ve la diferencia, es una canción más lenta, casi una pieza acústica pero con guitarra eléctrica. Beyond the outskirts vuelve a la épica, que empieza lenta hasta convertirse en un medio tiempo tremendo. Chalk Circles tiene mucho del Bowie berlinés, pero tamizado y pasado por la turmix de Suede, eso se nota sobre todo en esos teclados. Cold hands regresa a las guitarras con fuerza, sonido propio de la banda y la voz de Anderson que empasta de manera fantástica con esas guitarras. Y llega Life is golden y se me ponen los bellos de punta, qué temazo, un medio tiempo de esos que tiene toda la grandeza de una banda como esta, la voz que te susurra y te habla, más ese puente y ese estribillo que son gloria bendita y te mantienen ahí arriba durante cuatro maravillosos minutos.
Roadkill contiene sonido de violines y un speech. Tides con esos arpegios de guitarra iniciales descubre una canción que tendrá cambios y un buen desarrollo. Don't be afraid if nobody loves you fue el segundo single, el que sin duda me enganchó en su día al disco, made in Suede en todo, melodía, voz, estribillo, enorme tonada. Dead bird es una transición. All the wild places parece de banda sonora de film, muy poética y barroca. The Invisibles fue el primer adelanto del álbum, un tema que he de admitir que me desconcertó a la primera escucha, pero a base de escuchas le he pillado el punto con su ritmo lento, sus paradas y vueltas a empezar siempre en tono tranquilo. Flytipping cierra el disco, tema crepuscular que se anima hacia la mitad y derrocha clase en el final del trabajo.


Suede son muy necesarios si están a este nivel, son realmente imprescindibles porque no hay una banda que haga algo parecido ni de lejos y mucho menos que estén a su altura.

Os dejo con el tema y vídeo de Wastelands.

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