En el año 2003, dos años después de su debut, The Strokes, la banda neoyorkina, edita Room on fire, un gran disco, cuyo único problema es que tenía la muy difícil misión de superar a su antecesor, cosa que no consigue, pero hay que admitir que es un muy buen disco, su segundo mejor. De este álbum salieron 3 singles editados, uno en el propio 2003 y dos más en 2004, y en uno de esos dos me detengo, en la canción The end has no end, un tema que mantiene las señas de identidad de la banda comandada por Julián Casablancas, y esa guitarra principal de Albert Hammond Jr. que tiene un sonido realmente preciosista y casi computerizado, para luego irrumpir en un espectacular solo. La furia a la voz de Julián, hace que el crescendo sea notable.
Os dejo con esta canción muy favorita mía de este disco.
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