Bruce Springsteen, con su E Street Band, ha iniciado su gira europea de The River Tour en nuestro país, al que tiene especial cariño, después de haber estado rodando meses por Estados Unidos. La caja que sacara a finales del año pasado, con todo el material descartado de aquel mítico álbum, es la excusa de esta gira. En su país ha llegado a tocar entero incluso el disco (suertudos aquellos que lo pudieran ver), pero en Europa la cosa cambia, y es que el Boss entiende que tocar ese álbum entero por estos lares, quizás no se entendería como debería. No le falta razón por una parte, pero viendo el tracklist de Barcelona, San Sebastián y ahora Madrid, y recordando que Bruce siempre los va cambiando, me parece que del disco en cuestión ha recortado en exceso y sobre todo anoche en la capital de España. Pero lo que uno no concibe así de primeras, y ojo, que a mi el repertorio me encantó, es que sonaran 9 temas de Born in the U.S.A. y 7 de The River, entonces es cuando me hace dudar si estábamos ante la gira de uno u otro disco.
Que Bruce Springsteen quiere a Madrid y que Madrid le quiere a él, es algo que está fuera de toda duda y ayer pudimos volver a comprobarlo. La energía que despachan el Jefe y su robusta banda está al alcance de muy poquitos, y me hace gracia como dice gente asistente ayer al evento que como un tipo de 66 tacos (casi 67) puede corretear, saltar y no parar durante más de 3 horas y al día siguiente seas tu el que estás para los perros, la respuesta es fácil, porque así es el Boss, un animal de escenario y una bestia parda. Una queja también extendida fue la del sonido, en efecto, no fue bueno, pero ¿de qué nos quejamos? ¿desde cuando un estadio de fútbol es un sitio idóneo para un concierto de rock? No lo fue nunca, así que unas veces habrá suerte y otras no. De lo que nunca te podrás quejar es de la entrega, profesionalismo y derroche absoluto de este ya mito de la música y sus colegas, que no pararon de rockear durante casi 3 horas y media y sin parar, sólo para el último bis hubo una pequeña paradita.
Del tracklist ya he dado un poco mi opinión, pero claro, con la discografía de este tipo no hay lugar a las dudas, es extensa, variada y de mucha calidad y puede hacer las combinaciones que quiera. Abrió con Badlands (al igual que en Barcelona) como ya hiciera en su anterior visita a Madrid, luego My love will not let you down y Cover me, y a partir de ahí empezó con The River del que tocó The Ties that bind, Sherry Darling, Two Hearts, Hungry Heart, Out on the street, The River y Point Blank, y aquí he de hacer mención especial a este último tema, muy favorito mío y que disfruté muchísimo (de hecho de camino al estadio en mi coche iba escuchando un cd hecho por mi y me quedé justo en ese tema cuando aparqué). Lo que no le perdono al jefe es dejarme sin Drive all night e Independence Day que ambas sonaron en Barcelona y Donosti y aquí las obvió.
De Born in the U.S.A, a parte del mencionado Cover me, cayeron, Downbound train, I'm on fire, Darlington County, Working on the highway, Born in the U.S.A. (lo siento pero sigue sin entrarme esta canción), Glory Days, Dancing in the dark y Bobby Jean. Vamos, que un poco más y este álbum si que lo toca entero (se dejó No surrender mi favorita).
De otros trabajos cayeron Spirit in the night del primer disco Greetings from Asbury Park, N.J. (44 años contemplan esta canción), Born to run y Tenth Avenue Freeze-out (con homenaje incluido a Clarence Clemons) y Thunder road en acústico con él sólo a guitarra y armónica que cerró el show, del mítico disco de 1975. De Nebraska me gustó mucho la interpretación de Johnny 99, muy movida y alegre con respecto a la original, con el añadido de violines y pedal steel guitar. The promise land junto a Badlands eran las elegidas de Darkness on the edge of town. Because the night sonó a gloria bendita. Human touch del disco del mismo título fue la referencia noventera.
De The Rising cayeron la deliciosa Waitin' on a sunny day, The rising y My city of ruins. De su disco Wrecking ball sonaron Land of hope and dreams y la propia Wrecking ball.
De versiones oímos Trapped de Jimmy Cliff y el mítico Twist and shout.
Os dejo con el Out on the street como la interpretaba allá por 1980, aunque ayer sonó muy parecida la verdad.