Syd Barret, el genio loco de Pink Floyd, desapareció hace 6 años, pero había dejado de estar dentro del mundo musical muchos años antes.
En 1967 encabezaba una formación que mezclaba el rock psicodélico y el blues rock, pero su abuso de las drogas psicoadictivas (sobre todo LSD), acabó por incapacitarle para actuar en vivo, o asumir responsabilidades dentro del grupo.
Después del segundo disco de Pink Floyd, abandona el grupo, e inicia una carrera en solitario que abarcó 2 discos, para luego recluirse en casa de sus padres.
La enfermedad mental de Syd tuvo mucha influencia en las letras de Waters y Gilmour en Pink Floyd.
Os voy a dejar con dos temas.
Primero el See Emily Play, segundo single de la banda en 1967, con ese clavicordio maravilloso.
Y luego un tema incluido en el primer álbum de la banda, el Piper At the gates of dawn, Lucifer Sam, absolutamente bestial.
Soy de los que prefieren estos maravillosos y frescos temas con Syd, a la "perfección" que vino después sin Syd. Genios hay pocos. "Hay gente pa tó", no?
ResponderEliminarSaludosssssssssss
Babelain: Estamos en la misma onda y no. Evidentemente estos primeros temas con Syd me encantan, pero es que lo de después es otro grupo, otro estilo y otra cosa grandiosa, que también me gusta muchísimo.
EliminarUn abrazo.
Suscribo íntegramente el comentario de Babelain, prefiero los temas con Barret que la "perfección" que llegó después. Brazzzzzzos.
ResponderEliminarJohnny: En efecto, estais en la misma onda. Pero ya digo, a mi a parte de estos primeros discos maravillosos, también me gusta esa "perfección" de los siguientes años.
EliminarBrazzzos.