Sam Cooke, musicalmente era una bestia del soul, rhythm and blues, gospel y el pop, compositor e incluso empresario (fundó SAR Records). Su evolución fue increíble, de hecho es uno de esos artistas cuya trayectoria siempre fue ascendente, y nunca sabremos a qué podría haber llegado por desgracia.
Empezó cantando góspel con The Soul Stirrers, a los 19 años, y abarrotaba las iglesias y escuelas donde tocaba. Publicó su primer single bajo pseudónimo, Dale Cook, para evitar que le reconocieran, ya que en aquellos tiempos el pop para los músicos de góspel era "música del diablo". En 1957 fue fichado por el sello Keen Records, con el que editó el single You send me, que duró dos semanas en el número 1 en listas. Cooke fue el primer artista afroamericano en llegar a las listas de R&B y pop al mismo tiempo. En sólo seis años de carrera grabó 29 singles, más que Buddy Holly, Jerry Lee Lewis y Little Richard juntos.
En 1964 editó Ain't that good news, un álbum donde había temas que ya serían clásicos absolutos como A change is gonna come, la propia Ain't that a good news o Good times, este última es de la que hablo hoy, un pedazo de tema alegre y risueño que interpretaba como los ángeles.
Os dejo con Good times.
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