Mucho llevo hablado del nuevo álbum de los californianos Rival Sons, este Feral Roots que salió a principios de este 2019, pero es que los de Long Beach han hecho un disco soberbio, además estos días de verano lo llevo en el coche a todo trapo y apunta alto en mi lista de mejores discos a final de año. Como he dicho en varias ocasiones, sus influencias zeppelianas son claras, pero son herederos auténticos de un trono al que pocos puede llegar (yo hice un programa de radio con cuatro grupos selectos influenciados por los británicos) y que tienen el listón muy alto. Esta banda no es nueva, empezaron allá por 2009 y este es ya su sexto álbum de estudio, sin contar Ep's, y su evolución ha sido siempre coherente, con sus referentes claros y ante todo con un sonido potente y limpio, que son seña de identidad. Jay Buchanan a la voz es un portento, va muy sobrado, Scott Holiday a la guitarra solista suelta unos riffs que te dejan dado la vuelta, mientras que Dave Beste al bajo y Michael Miley a la batería conforman una sección rítmica demoledora.
Por si fuera poco, este grupo aúna cosas de bandas que tengo en un pedestal, tienen detalles de The Cult, otros de los Black Crowes cuando van a lo sureño, e incluso de los suecos Union Carbide Productions.
Comienza el disco con Do you worst con ese riff de guitarra muy onda zeppeliana sin duda, hasta que entra la voz de Jay Buchanan para desarrollar la melodía, esos aires a gospel y en definitiva un pepinazo tremendo para empezar. Sugar on the bone con esos efectos de ampli subidos a mil al inicio, dan paso a la sección rítmica y la voz impresionante del cantante que va sobradísimo, al que acompañan unos acertados coros, y ese aire a The Cult tremendo, tema que no para de darme vueltas por la cabeza. Back in the woods comienza con un redoble de batería como si el tema estuviera acabando, pero está empezando y le sigue el riff de guitarra de Mr. Holiday, qué voz de Jay, qué subidón y ¡viva el rock and roll! Look away calma las aguas después de ese comienzo arrollador, una canción de aires folk y algo psicodélica en sus inicios, pero es el primer minuto y medio, hasta que comienza de nuevo la maquinaria rockera, temazo sin paliativos que sigue la onda de sus predecesores, con un cierto toque metalero en algunas partes guitarreras, pero una pasada de rock and roll, una canción que define un estilo. Feral Roots es la canción que da título al álbum, una pieza de comienzo tranquilo en onda folk, que va de menos a más y de unos cambios de ritmo impresionantes ya más rockeros.
Too bad es furiosa con esa guitarra y la batería que está soberbia, y qué decir de la voz, en este tipo de temas sobresale de manera brutal, y cierto toque bluesero. Stood by me para mi tiene cierto aire stoniano en la guitarra inicial, pero entra Mr. Buchanan y se te caen los pantalones, madre mía qué poderío de voz, otro pepinazo de canción que suena como un tiro. Imperial Joy vuelve a los tonos blueseros con ese riff de guitarra inicial, tema más a medio tiempo pero de un empaque brutal. All directions relaja el paso, tema algo espiritual. The end of forever recupera el ímpetu, otro trallazo rockero que está a la altura de sus hermanos en el resto del trabajo, gran tonada con Jay otra vez espléndido. Shooting stars cierra el disco, muy en onda gospel con esos coros femeninos, pero una canción que es casi como un himno, para cerrar el disco me parece perfecta, yo la pondría en una boda por ejemplo, maravillosa.
Too bad es furiosa con esa guitarra y la batería que está soberbia, y qué decir de la voz, en este tipo de temas sobresale de manera brutal, y cierto toque bluesero. Stood by me para mi tiene cierto aire stoniano en la guitarra inicial, pero entra Mr. Buchanan y se te caen los pantalones, madre mía qué poderío de voz, otro pepinazo de canción que suena como un tiro. Imperial Joy vuelve a los tonos blueseros con ese riff de guitarra inicial, tema más a medio tiempo pero de un empaque brutal. All directions relaja el paso, tema algo espiritual. The end of forever recupera el ímpetu, otro trallazo rockero que está a la altura de sus hermanos en el resto del trabajo, gran tonada con Jay otra vez espléndido. Shooting stars cierra el disco, muy en onda gospel con esos coros femeninos, pero una canción que es casi como un himno, para cerrar el disco me parece perfecta, yo la pondría en una boda por ejemplo, maravillosa.
En definitiva, el rock and roll tiene aún salvadores, y Rival Sons están a la cabeza, una banda de una discografía intachable y que llevan un rumbo maravilloso, lo único que me falta es verlos en vivo para cerrar el círculo.
Os dejo con el tema Look away.
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