Hay cosas que no cambian, y en este país menos. El día 11 y 12 de agosto se puso a la venta en Europa y Estados Unidos el nuevo trabajo de la banda de New Yersey, The Gaslight Anthem, pero claro cuando decimos Europa... España, en agosto sigue estando fuera del mapa (este país sigue cerrado a cal y canto en este mes), ya que hoy he adquirido el disco, porque hoy ha llegado a las tiendas, de traca.
Muchos cambios apuntaba su líder Brian Fallon sobre el nuevo álbum, y los hay, ya que él decía que no era el típico disco de Gaslight Anthem y en efecto, han cambiado cosas, quizás el enfoque de los temas, o por lo menos de la mayoría de canciones del disco. Veníamos de Handwritten, un gran disco con temas excelentes, quizás muy enfocado a crearse un puesto importante dentro de la música, pero con canciones por delante y singelazos rompedores con una producción algo mejorable.
En Get Hurt, las guitarras parecen hacerse más duras y dominar el trabajo, pero hay señas de identidad que nunca se pierden, y tanto la voz de Brian como determinados temas son factoría Gaslight, cosa que se nota en las más lentas. Lo que queda claro, es que el grupo está en un gran estado de forma, tiene mucha fuerza y además... de canciones buenas van sobrados.
En cuanto a las letras, la reciente ruptura matrimonial de Brian se nota, letras que han pasado del amor a la catarsis, con rabia, y como una carta abierta en ocasiones.
En cuanto a los temas, ese comienzo furioso con Stay vicious y 1,000 Years impresiona, aunque puede confundir, ya que el atronador comienzo de las guitarras y esa voz de Fallon sacada casi de una cueva, se vuelven las de siempre a los 50 segundos de tema. En Get hurt, tema que da título al disco vuelven los mismos chicos de New Jersey, con esas guitarras tranquilas, y esos medios tiempos que se les dan de vicio. Stray Paper y Helter Skeleton siguen por la senda rockera, ojo son temas que para directo son rompedores. Underneath the ground es un medio tiempo que hace de nexo de unión o puente perfecto. Rollin' and tumblin' es un singelazo de tomo y lomo (ya revisado aquí) que será sin duda estrella en los conciertos con un ritmo bestial y un estribillo muy molón. Red violins es otra canción típica del grupo, con esos cambios de ritmo donde Alex Rosamilia apuesta más por líneas de guitarra que por sólos, muy acertadamente. Selected poems, es de esos temas rabiosos donde Fallon descarga su momento actual, y Alex se sale en el sólo con la sección rítmica a tope. Ain't that a shame puede parecer un tema que sobra, para nada, es otro más de su inagotable factoría, enérgico y con garra. Break your heart por fin apacigua el disco, con esa entrada de guitarra acústica deliciosa y donde la letra demuestra algo de tristeza. Dark places acaba el álbum, quizás la canción menos inspirada, pero con todo y con eso la salvan a base de ser insistentes en su estilo.
En la edición deluxe que un servidor ha conseguido, hay 3 temas extras y de ellos destaca Sweet Morphine, una balada que para mi es realmente gloriosa con una melodía preciosa. Mama's boys introduce una armónica para esperar a la voz y a la sección rítmica, un tema nada despreciable. Halloween parece el típico descarte, pero nunca está de más bajo mi punto de vista incluirlo, ya que tiene partes destacables sobre todo en la voz de Fallon y los coros.
No es el mejor disco de The Gaslight Anthem, aunque a estas alturas tampoco creo que necesite serlo, ya que es una banda que factura en cada nueva entrega un mínimo de 7 u 8 joyas que hacen engordar su ya extenso repertorio. Eso si, mejora y mucho con las escuchas, como todo trabajo en el cual hay cambios (que para mi no son tantos), pero esperemos que estos chicos no se pierdan y no les abandonen las musas, porque tienen mucha calidad.
Os dejo con el tema 1,000 Years interpretado en directo en unas sesiones.