Una reunión genial, que es histórica, fue la producida el Día de Acción de gracias de 1976, en el concierto de despedida de The Band, que acompañaría la película de Martin Scorsese de 1978, ese mítico The Last Waltz. Por allí desfilaron Bob Dylan, Eric Clapton, Van Morrison... y como no... Neil Young.
La pieza interpretada por el canadiense junto a The Band fue Helpless, ese maravilloso tema de aquel Déjà Vu, con Crosby, Stills and Nash.
La noche antes del recital, Neil tuvo otro concierto y cogió un avión con prisas, cansancio y demás. Quizás ese estado le hizo intentar relajarse o mantener la atención con algo de polvo blanco en su nariz (una piedra de buen tamaño de cocaína pegada a su nariz, según escribió Levon Helm en su libreo "This wheel's on fire"). Luego en postproducción recurrieron a efectos especiales para limpiar la fosas nasales de Tío Neil y poder meter Helpless en la cinta.
Este fue el resultado, algo mítico, por no decir antológico.
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