Anoche en La Riviera de Madrid recalaba la gira del 25 aniversario de aquel gran disco que fue Fisherman's blues... y que lo sigue siendo. El grupo ha querido celebrarlo por todo lo alto y desde luego se nota que con gusto, y sabiduría. Éste disco supuso en su momento la recuperación del gusto popular por el folk irlandés mezclado con música celta, desde el punto de vista del escocés Mike Scott. En la nota de prensa del conjunto, se destacaba que éste disco fue su ancla y timón y que marcó el epicentro de su trayectoria, así que para la banda sería algo así como su estandarte.
Además como muchos/as sabréis, se ha editado un cofre de siete cd's conmemorativo, y que ayer se vendía al módico precio de 70 euros incluído el vinilo para pudientes bolsillos.
Yo he de decir que descubrí a este gran grupo un poco más tarde por edad, con Dream harder y aquel temazo que era The return of Pan, pero luego tiré para atrás y claro... comprendí muchas cosas, y también entendí porqué los mayores que yo les veneraban.
La formación fue Mike Scott (voz y guitarra), Steve Wickham (violín) que estuvo excelso todo el concierto, que se unían desde 1990 por primera vez con sus viejos camaradas Anto Thistlewaite (multiinstrumentista que tocó mandolina y saxophone) y Trevor Hutchinson (bajista), al que se les añade el actual batería de la formación Ralph Salmins (el hermano perdido de Van Morrison, es coña).
Pero el concierto no sólo se centró en el disco en cuestión, como ya había adelantado Mike Scott, sino que "ese era el punto de partida para a partir de ahí iniciar un nuevo viaje libre e improvisado por el espíritu de Waterboys" y vaya si lo hicieron, porque fueron algo más de dos horas muy intensas y a las que se les puede poner muy pocos peros.
Pero sobre todo y ante todo qué profesionalidad la de ésta banda, pocas bandas son tan serias en vivo como ellos (me refiero a la hora de interpretar, porque te hacen moverte y son superdivertidos, no confundir), y encima Steve y Anto están en plan orquesta y se salen del tiesto, de hecho para ellos dos hubo ovaciones largas, porque si están a ese nivel todo puede pasar...
En cuanto al tracklist, una delicia total. Comenzaron con Strange Boat del disco homenajeado saliendo a escena sólo Mike con guitarra y poco a poco incorporándose los demás músicos. De la obra de 1988 también sonaron salteadas We will not be lovers , que para mi fue uno de los momentos más espectaculares que he vivido en mucho tiempo en un directo, porque acabas adorando a Steve y su violín, también esa versión del Girl for the North Country de Dylan que tan bien hacen, la de Van Morrison de Sweet thing mezclada con el Blackbird de los Beatles, When ye go away, When will we be married? (con la coña del principio entre Mike y Steve) y cómo no el temazo de Fisherman's blues que cierra la primera parte. También sonó el descarte Higher bound. Ya en los bises sonó la corta pero curiosa Dunford's fancy.
De las versiones también destacar el Come live with me de Ray Charles y el tremendo I'm so lonesome I could cry de Hank Williams realmente superior.
De This is the sea sonaron Don't bang the drum, para mi de las pocas pegas, ya que la tocó Mike al piano, y no con base rítmica, pero fue otro gran momento y como no The whole of the moon en los bises. También del primer disco había sonado A girl called Johnny y del Room to Roam esa maravilla tradicional The Raggle Taggle Gypsy que ellos hacen suya. De aquel recopilatorio de outtakes de 2001 sonaron Blues for your baby, Tenderfootin' y On my way to heaven (ésta ya en los bises).
Aquí con respecto a Donosti tocaron un tema más, ante la masa enfervorecida, el Be my enemy del This is the sea... como diría Johnny palabras mayores.
En definitiva un concierto inolvidable, con una banda ya veterana, pero con muchas tablas, de hecho Mike Scott recordó que él tiene 54 años y una de las primeras veces que estuvo en Madrid tenía 27, y claro, esos son muchos años, en los que se han hecho enormes músicos.
Además tuve la suerte de compartir concierto con Tsi-Na-Pah y Jose Antonio Encuentra.
Os dejo con un momento álgido de anoche, el We will not be lovers en otro concierto de éste año.