The Cure en el año 2004 editó un disco homónimo (esperaron 28 años para hacerlo), un disco que desprende el clásico sonido de la banda, pop oscuro, y se mueve por territorios antes no explorados, quizás influidos por la producción de Ross Robinson (cercano al heavy metal).
Robert Smith propone letras directas, y melodías que son un repaso a la vida del grupo.
De los temas más destacables me quedo con The end of the world, una fantástica canción dónde Smith escupe al micro mientras la atmósfera depresiva y oscura envuelve el tema.
Os dejo con la versión de directo que tocaron en el Primavera Sound de 2012.
Soy muy fan de The Cure, Savoy. Muy fan. Les ví en Santiago en aquel año y fue uno de los mejores conciertos de mi vida. Por setlist, por ambiente, por actitud. Una pasada.
ResponderEliminarEn cambio el disco de ese año me dejó frío...esperaba algo mejor, sobre todo tras la gran alegria que supuso el Bloodflowers.
Un abrazo
Mansion On The Hill: Querido amigo, en disco es un grupo que por momentos me parece de los mejor, pero ojo con sus directos, depende. Yo les vi en el FIB 2002 (era la primera vez) y me llevé un chasco enorme, canciones desconocidas, rarezas de 15 minutos, y 3 singelazos al final rápidas y mal para quedar bien, no me gustó, incluso me dormí.
EliminarOtro tema fue ese concierto de Santiago de 2004, mucho mejor, pero claro yo andaba con un mosqueo por la baja de Bowie... que no te lo cuento, aunque menos mal que el concierto de Muse fue antológico.
El disco no está mal, pero Bloodflowers le gana, eso es cierto, aunque este es un temazo.
Un abrazo.