El 8 de diciembre de 1980, en el edificio Dakota de Nueva York, Mark David Chapman le pegaba 5 tiros a John Lennon, justo después de haberle pedido firmar un autógrafo, el Beatle rebelde, uno de los grandes iconos del siglo pasado, y una de las mentes más prolíficas, talentosas y descomunales que el mundo del arte ha tenido, y el de la música en particular. 43 años ya, y yo particularmente le sigo echando de menos.
Su trayectoria con The Beatles es impresionante, su trabajo en solitario con momentos espléndidos y otros no tan brillantes, pero siempre en la cresta de la creatividad, excepto en los años de retiro. Su legado es tan extenso, que es imposible olvidarnos de él, aunque en solitario demostrara algún momento de enfado con sus ex-compañeros, en el fondo se querían, pero como siempre pasa, tanto roce genera disputas. El tándem compositivo y vocal que formó con Paul McCartney, tiene pocos, muy pocos rivales.
En el reciente documental Get Back dirigido por Peter Jackson se ve a un John Lennon en enero de 1969 jovial, muy unido a Yoko Ono, cansado por momentos, pero que se seguía divirtiendo en la composición de temas, además de ser muy payaso gastando bromas continuamente. No vamos a negar que era una época donde las drogas le afectaban, llegaba tarde a los ensayos, pero nunca dejó de querer a la banda que había creado.
Su carrera en solitario, es en la que John hizo discos realmente brillantes antes de su parón (1975-1979), el primero me parece excelente, y su último disco de estudio, publicado antes de su asesinato, el Double Fantasy, nos mostraba lo que iba a ser el Lennon de los 80, abierto a los tiempos que corrían, pero nos quedamos sin saber su evolución posterior. Juntos Lennon y Ono formaron otro tándem, en cuya base, el músico se basó para dar forma a canciones de su época en solitario, muchas de ellas reivindicativas, como Give peace a chance, hasta la inmortal Imagine (tan machacada por todos lados). Tan lleno de altos y bajos, de contradicciones, como de una genialidad desbordante, John Lennon forma parte de la memoria colectiva universal. Hace 43 años nos arrebataron a un pedazo de músico, probablemente su lucha pacifista en un país como EEUU le granjeó no pocos enemigos, aunque según dicen algunos de sus amigos, allí en Nueva York había encontrado la paz. Es increíble a la cantidad de músicos a los que ha influido, su tono ácido en muchas canciones le daba un carácter especial a sus composiciones.
En el año 1984 salió a la luz el disco Milk and Honey, primer álbum póstumo con nuevas composiciones de John Lennon grabadas durante los últimos meses de su vida y en las sesiones de Double Fantasy. Este disco era el proyecto de la pareja Lennon/Ono como sucesor de Double Fantasy, pero la muerte de John causaría el archivado temporal del material hasta que Yoko se vio capaz de completarlo. Como es lógico, el material que era de John tuvo impacto comercial.
Nobody told me es una canción que en principio iba a ir para el álbum de Ringo Starr, el Stop smell the roses, que entró en los diez primeros puestos de las listas de éxitos. En la letra de esta canción John utiliza un poema de su ídolo de infancia J. Milton Hayes, "The Green Eye of the Yellow God". Musicalmente es un tema animado, de pop-rock y con bonita melodía que me recuerda a Instant Karma! en una parte.
Hoy en homenaje os dejo con el tema y vídeo de Nobody told me.
No hay comentarios:
Publicar un comentario