En el año 2002 Suede editó A new morning, el que sería último disco de la primera etapa gloriosa, antes de su parón. Al finalizar la gira de Head music, Neil Codling abandona el grupo agotado a causa de su enfermedad y le sustituye Alex Lee, pero la banda en vez de descansar se embarcó en una larga, costosa y perfeccionista grabación que les llevó dos años, diversos estudios de media Europa y varios productores, aunque fue Stephen Street el definitivo. Anderson afirmó en su día que era el primer disco que componía sin influencia de drogas, pero este disco no acabó de convencer a la crítica que lo hundió y dejó dudas en sus seguidores. Cierto que no es su mejor disco, pero quiero romper una lanza por él, simplemente es un disco continuista y muy en el estilo del grupo en ese momento y ya se sabe, si haces lo mismo aburres, y si cambias no te entienden, pues bien este disco mirado en perspectiva es bastante decente con muy buenos temas. Hablamos de un trabajo sereno que se distancia de la decadencia, desilusión y nocturnidad propias de las letras del grupo, pero que musicalmente seguía la línea habitual.
Una de esas buenas canciones era Obsessions, rockera con esa guitarra serpenteante de Richard Oakes que es realmente brutal y un Anderson soberbio al cante.
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