En el año 2002 David Bowie editó Heathen, disco glorioso del que hablé hace unos días, y que mucha gente ni ha tenido el placer de oír. Hoy voy a hablar del tema que da título al disco, que lo cierra y que es realmente estremecedor. Hay pocos compositores que me hagan levitar como lo hacía Bowie, y en esta canción para mi llega al éxtasis. Curiosamente es un tema que te produce dos sensaciones antagónicas en principio, por un lado la tristeza y por otro belleza y fragilidad, y en esa mezcla se produce la grandeza, de unas proporciones siderales.
El inicio con los punteos de los dos guitarras, la continuación con la entrada de la base rítmica y la voz del genio acompañada de la Telecaster que ronrronea, hace que entres en un estado, por lo menos a mi me pasa, de levitación con el loop final de la otra guitarra.
El inicio con los punteos de los dos guitarras, la continuación con la entrada de la base rítmica y la voz del genio acompañada de la Telecaster que ronrronea, hace que entres en un estado, por lo menos a mi me pasa, de levitación con el loop final de la otra guitarra.
Os dejo con la versión en vivo en Berlín en 2002, gloria bendita.
otro grande que se nos fue
ResponderEliminarPaula: Grande entre los grandes amiga.
EliminarBesos.
Gran puesta en escena. Suena de miedo, además.
ResponderEliminarUn abrazo!
Evánder: Temazo del copón bendito, obra maestra absoluta y memorable interpretación.
EliminarAbrazos.