En el año 1977 sucedieron muchas cosas, sobre todo en el aspecto del punk, pero también dentro del krautrock sucedían algunas otras de profundo calado, como fue el caso del primer disco homónimo de Suicide, un álbum al que cuesta cogerle el punto de primeras, por lo menos a mi me pasa, pero que una vez comprendido el concepto y asimilado su estilo y propuesta es bastante importante reconocer su camino abierto.
El grupo eran los amigos Martin Rev a los teclados y máquinas y Alan Vega a la voz, no hay percusiones ni guitarras (aunque parezca que si las haya), pero ahí en esa apuesta está su triunfo. En muchos momentos me vienen ecos de The Doors, de grupos punk del momento, hay un buen compendio ahí. Hay momentos donde su sonido repetitivo te introduce en un mundo hipnótico, como el primer tema de álbum, un absoluto hit, ese Ghost Rider.
Os dejo con el Ghost Rider interpretado en vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario