El pasado domingo Mick Jagger cumplió 72 abriles y hoy en homenaje hablaré del que para mi es su mejor disco en solitario, fuera de los Sus Satánicas Majestades, el Wandering spirit de 1993. Antes en 1989 los Stones se habían reencontrado con Steel Wheels y una gira mundial (algo ñoños por aquella época, todo hay que decirlo), pero antes de parir Voodoo Lounge (un enorme disco), Mick se dió el capricho o gusto personal de editar su tercer álbum en solitario, y desde luego para mi el mejor. A diferencia de sus dos trabajos predecesores, este tuvo éxito y gozó de buenas críticas, y eso se debió en gran parte a que aquí el músico se empleó a fondo con grandes composiciones, y no vivir de su reputación bien ganada. Pero encima hay varios detalles que le confieren al disco un valor especial, y son una banda elegida espectacular donde están entre otros Billy Preston a los teclados, Flea de Red Hot Chili Peppers al bajo, Lenny Kravitz cantando un tema a dueto, Jim Keltner a la batería, Benmont Tench al piano, Jimmy Rip a la guitarra que encima compone algún tema con Jagger, etc., y por si fuera poco todo ello aderezado con la producción de Rick Rubin, lo que hace que ya hablemos de algo superior. El disco tiene rock and roll, funky, soul, folk tradicional y baladones de una categoría brutal. Otro dato que aporto es que las grabaciones se llevaron a cabo durante siete meses en Los Ángeles, no fue en cuatro días y se nota.
Comienza el álbum con Wired all night, un tema stoniano por los cuatro costados, dónde las guitarras mandan fuertes, con mucho gancho, un estribillo demoledor y adictivo y Mister Jagger a tope. Sweet thing fue el single del disco, un tema funky-soul que Mick canta con ese falsete suyo tan particular (me vienen pasajes de Emtional Rescue a la cabeza), posiblemente y sin temor a equivocarme, uno de los mejores temas de toda una década, bestial es poco. Out of focus con ese inicio del piano casi de music hall y la voz de Jagger hasta que llega la base rítmica es casi una canción de coro de iglesia americana en onda gospel. Don't tear me up es un baladón de una categoría espectacular, un medio tiempo brutal donde cada instrumento está perfecto, la voz escandalosa y el punteo fino de guitarra es precioso. Put me in the trash es un rock stoniano también en las guitarras, pero más desenfadado, muy divertido y alegre, con esos coros ye-yés, primer tema que no sólo es compuesto por Mick, aquí a pachas con Jimmy Rip. Use me es la versión de Bill Withers en onda soul total que canta a pachas con Lenny Kravitz y donde el teclado de Preston es una gozada absoluta, con un saxo brutal, una enorme pieza que le da variedad al álbum. Evening gown es el primer tema lento del disco, en aire folk y country (pedal steel guitar destacado) y bien hilada, un buen contrapunto dentro de un trabajo que hasta este momento es glorioso.
Mother of a man vuelve con fuerza a las guitarras, recordando al grupo madre (no pasa nada, es normal y lógico), y claro el disfrute es obvio con la voz del genio en su salsa. Think, que es versión, es guitarrera pero tiene un ritmo funky muy acentuado con un bajo y una batería fuera de serie, y ese saxo que es descomunal, temazo de tomo y lomo que nunca me canso de oír. Wandering spirit es la canción que da título al disco con aires de country-rock, deliciosa pieza con la guitarra dibujando arpegios maravillosos, hasta que se convierte en una pieza de rock con los coros souleros, otro tema para enmarcar. Hang on to me tonight es otro medio tiempo fantástico, donde teclados, batería, y los arreglos de cuerda tienen un protagonismo fundamental, otro gran tema. I've been lonely for so long bebe de las esencias negras más profundas, de Aretha Franklin, de Wilson Pickett, de Sam Cooke u Otis Redding, maravilla total, tema soulero (de esos que estremecen a Joserra Rodrigo ¿verdad?) que vale un quintal, qué deleite. Angel in my heart con ese clavicordio inical estremece, y de qué manera, es una pieza que quizás sea la que más diferente del disco en estilo, pero de una grandiosidad bestial, con una melodía fuera de lo normal que pone los pelos de punta. Handsome Molly es un tema tradicional arreglado, folk total, con el acompañamiento del violín, donde sus raíces salen a relucir y ponen broche de oro a un disco fantástico.
Estamos en definitiva ante una descomunal obra de arte, sin duda el mejor disco del líder de los Stones en solitario, donde despachaba buena forma y unas ganas tremendas de hacer algo gordo y a fe que lo hizo.
Este texto fue originalmente escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con el vídeo de Wired all night interpretado en vivo en 1993.