Séptimo álbum de estudio de The National, el quinteto de Ohio cuyas operaciones se desarrollan hace ya casi una década en Brooklyn, y que lleva por título Sleep well beast. Como he ido poniendo aquí, hubo ya hace unos meses un primer adelanto y el goteo ha sido de tres temas más hasta la salida del trabajo justo hoy, día 8 de septiembre. Después de un par de escuchas sosegadas del trabajo, puedo decir que son unos nuevos The National con novedades y nuevas aportaciones, pero que en el fondo siguen teniendo la misma identidad que no pierden nunca, eso si, todo sigue evolucionando siempre hacia mejor y el sonido es cada vez más compacto. Es evidente que cuatro años son mucho tiempo, pero si tenemos en cuenta que ellos han estado inmersos en proyectos paralelos (El VY, ese duo de Matt Berninger con Brent Knopf de Menomena o ese otro proyecto llamado LNZNDFR, ese grupo formado por los hermanos Devendorf y Ben Lanz de Beirut), eso ha ayudado a explorar aún más las posibilidades sonoras del disco, y a fe que se nota, porque hay muchos detalles, sobre todo de sonidos electrónicos y demás, dentro de un trabajo cuidado al máximo. Por momentos la evolución de este grupo parece tener similitudes con la de Radiohead, pero solo por momentos.
Empieza el disco con Nobody else will be there, quizás la pieza más lenta del trabajo, pero no por ello menor, una de las muchas y enormes cualidades de este grupo es que en las canciones tranquilas se encuentran como pez en el agua, aquí con un piano introduce al principio la melodía, a la vez que suenan unas curiosas percusiones, pero a eso de la tercera estrofa, la voz arrastrada y susurrante de Matt Berninger ya ha conseguido que cantes con él ese magnífico estribillo, delicia para empezar. Day I die sube el tono y el ritmo, un tema vertiginoso desde el inicio con esos riffs de guitarra de los hermanos Dessner, hasta que viene Matt a cantar como los ángeles, ¡qué manera de cantar! y se desarrolla todo el tema, con paradas y vueltas a empezar. Walk it back con voz lenta de Matt, destaca por sus ritmos de batería, y esos mil ruiditos de sintetizadores que pululan a lo largo de toda la canción, buen tema de esos donde la banda se mete en nuevos terrenos y donde hay unas frases de George W.Bush (la crítica a las consecuencias sufridas por sus políticas laten en el álbum). The System only dreams in total darkness fue el primer adelanto del disco, un single brutal como ya apunté, con esos coros femeninos gloriosos y esas guitarras que tienen mucho protagonismo, y donde otra vez Mr. Berninger se sale cantando, una melodía de esas que se te quedan en la cabeza para no salir de ella. Born to beg es un baladón al estilo de la banda, en tono clásico con piano que conduce, pero con esos sintetizadores voladores que andan por ahí en cada momento, adornando, y esos coros femeninos que tan bien acompañan. Turtleneck desata la furia rockera de este grupo, que también la tienen, un tema que suena como si estuvieran en uno de sus conciertos, con Matt desatado y gritando cuando hasta ahora estaba la mar de sereno, y donde las guitarras se retuercen y la base rítmica acelera... ufff temazo.
Empire line comienza con bases rítmicas palpitantes, hasta que le acompaña una línea de piano para crear una melodía maravillosa cuando entra la voz, y hacia la mitad viene una parte instrumental realmente interesante, más experimentación. I'll still destroy you desconcierta por sus sonidos de bases programadas y sintetizadores al inicio, pero es un tema cuyo desarrollo hace que acabes haciéndote con él en un par de escuchas, sobre todo cuando entra la batería que manda en el ritmo de manera soberbia. Guilty party es simplemente maravillosa, y con un ritmo leve, casi imperceptible, solo la voz de Matt te va llevando, hasta que entra la batería, y sube todo, deliciosa composición, y esa guitarra de la mitad que es... melancólica a más no poder pero... gloria. Carin at the Liquor Store es otra pasada con piano al inicio, tema apabullante por todo, por la melodía, la voz, cuando entra la batería... por favor que nunca dejen de hacer temas así, porque me abren el alma por varios sitios, espectacular, aunque tiene mucho de tema crepuscular, pero es que es ahí donde esta banda son auténticos magos. Dark side of the gym es un medio tiempo también pausado pero delicioso, con sonidos de guitarra adornando, fabulosa tonada también. Acaba el álbum con el tema que le da título y por cierto el de más larga duración y sin duda el inicio es muy de los últimos Radiohead, pero entra la voz de Matt y todo cambia, una melodía de vaivenes sonoros que van encontrando ritmo, sentido y coherencia con el paso del desarrollo, aunque quizás sea la pieza más experimental.
Suele suceder que los discos de The National ganan con las escuchas, a este le sucede exactamente lo mismo, aunque ya de primeras hay muchos temas que llaman la atención, pero una vez metidos en harina, el trabajo es fantástico y muy disfrutable, evoluciones experimentales incluidas.
Os dejo con el tema Day I Die interpretado en el Late Show de Stephen Colbert.
El anterior disco no me dijo casi nada. Me ha gustado bastante el tema que has puesto, le echaré una escucha, aunque Guilty party que había escuchado no me ayuda mucho. Brazzzzo.
ResponderEliminarJohnny JotaJota: Ja, ja, ja... el anterior disco es una obra maestra hombre, éste tiene momentos muy buenos, pero de momento no supera para mi al anterior. De todas maneras si no te gusta Guilty party... no es tu rollo.
EliminarBrazzzos.
A mí la trilogía Alligator, Boxer, High Violet me encantó, pero después se me atragantaron. Veremos.
EliminarJohnny JotaJota: Pues es que el redondeo glorioso fue Trouble will find me, pero vamos si no te entra el anterior disco, con éste lo vas a tener complicado. Yo te diría que volvieras al anterior primero y acabes de pillarle la onda, y luego vayas al nuevo.
EliminarBrazzzos.