Este año 2016 que empezó de manera horrible con la muerte de David Bowie, Glen Frey, Prince, etc., parece que va a acabar aún peor, porque se nos va nada más y nada menos que Leonard Cohen, y para más inri sin duda en el terreno personal mío, también está siendo para olvidar.
Al parecer, el deceso se produjo ayer y el funeral se celebrará en Los Ángeles en los próximos días, y aunque no han transcendido las causas reales de su muerte, sus 82 años eran ya una edad avanzada.
Este canadiense nacido en Montreal el 21 de septiembre de 1934, fue poeta, cantante, compositor, novelista, y por extensión... cantautor. Su aparición en la segunda parte de los años 60, su primer trabajo data de 1967, supuso un momento diferente, ya que su manera de explorar temas como la religión, la política, el aislamiento o la sexualidad, le convirtieron en un cantante fascinante y a la vez enigmático, acompañado de una voz grave de esas que se te meten hasta el tuétano.
De familia de clase media judía, estudió en la Roslyn Elementary School, y desde 1948 en la Westmount High School donde era muy activo en el consejo de estudiantes y estudió música y poesía. Es en esa ápoca, cuando se interesa por la poesía de Federico García Lorca y durante su adolescencia aprendió a tocar la guitarra y formó una banda de country-folk (The Buckskin Boys). Pasó de la guitarra acústica a la clásica, gracias a un joven guitarrista español que le enseñó acordes y algo de flamenco. En 1951 Cohen ingresa en la Universidad McGill de Montreal, donde ya llegó a ser presidente de la Canadian University Society for Intercollegiate Debate y ganó varios concursos de poesía.
En 1967 comenzó su carrera musical, decepcionado por su falta de éxito como escritor. Se trasladó a Estados Unidos e inició su etapa de cantautor folk. Su primer disco "Songs of Leonard Cohen" contenía temas como Suzanne, que tuvo gran éxito ayudado por Judy Collins, que también incluía otras como Sisters of Mercy o Winter Lady. Tras estar en varios festivales de folk, John H. Hammond lo reclutó para Columbia Records, el sello donde años atrás entró Bob Dylan.
A partir de ahí, una discografía con discos míticos como Songs of love and hate de 1971, New skin for the old ceremony de 1974, Death of a Ladie's man de 1977 donde Phil Spector ahogó su voz con el muro de sonido, y mira que eso era difícil, Various Positions de 1984 donde estaba ese temazo que es Hallelujah o ese otro llamado Dance to the end of love, I'm your man de 1988, y así hasta 1992.
En 1994, comenzó una reclusión de 5 años en Mount Baldy Zen Center, un centro Zen cerca de Los Ángeles donde vivía. Dos años después fue ordenado monje budista de la escuela Rinzai.
Volvió a la música en 2001 y publicó Ten new songs, y en 2004 Dear Heather con Anjani Thomas, compañera sentimental. Pero los problemas vinieron a finales de 2004, cuando se descubrió gracias a su hija, las irregularidades financieras de Kelley Lynch, mánager de Leonard y amiga de la familia había cometido, como pagar 75000 dólares de una factura a nombre de Lynch, y parte de su dinero donde había fondos fiduciarios de caridad y planes de jubilación, habían volado. Luego Cohen descubrió que la pérdida de dinero ya venía desde 1996, cuando la "amiga Lych" empezó a vender derechos de autor del músico sin tener necesidades monetarias para hacerlo. Como es lógico Cohen denunció a Lynch en octubre de 2005, aunque no fue arrestada hasta 2012.
Eso provocó, que el ya veterano cantante tuviera que hacer una gira para ganar dinero en 2008, ya que no pudo recuperar ni un dólar de lo sustraído. Fue una gira mundial, de la que sacó posteriormente un doble en vivo en Londres, editado en 2009.
Sus tres últimos discos fueron Old Ideas en 2012, Popular Problems de 2014 y hace unos días salió editado You want it darker, su legado final donde habla del final de la vida y el encuentro con Dios, es evidente que sabía que llegaba su final.
Como premios destacados, recibió un Grammy honorífico por toda su carrera en 2010, pero mucho más importante el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011.
Yo le quiero recordar hoy con dos temas, primero el Dance me to the end of love de 1984.
Y por otro lado, su último single que daba título a su último álbum, You want it darker de este 2016.
R.I.P. un gentleman de la música y como persona , aunque no era ingles , pero bueno anglosajón , siempre discreto , sin estridencias , cuando me enteré del por qué se fué , no me lo creía , aunque se le veía muyy delgado .
ResponderEliminarAnónimo: Un gran hombre, y mejor poeta y músico. Pero era del lado anglosajón en la zona de Quebec en Canadá.
EliminarBueno, ha vivido bastantes años y hemos disfrutado a fondo de él, creo.
Saludos.