Este primer
álbum de los Crowes es un fabuloso cóctel de blues-rock, rock sureño, hard-rock
y soul clásico, donde se reune la esencia de los Rolling Stones, Lynyrd Skynyrd,
Creedence Clearwater Revival o Led Zeppelin sin caer en la vulgaridad de la
excesiva imitación o el revival desmesurado. Un trabajo que sorprende por su madurez, a
pesar de ser su ópera prima, donde hay intensos riffs de guitarra, toques muy
blueseros y un intenso órgano, además de la desgarradora voz con un poderío
descomunal de Chris Robinson.
Pero es ahí, en la suciedad del rock con toque
sureño, donde los Cuervos Negros se desenvuelven con frescura, a sus anchas, y
donde nadie les para.
Además el disco contiene una serie de singles
difíciles de superar, no sólo los temas rockeros que te hacen menear las
caderas, sino también baladones impresionantes.
Comienza el
disco con Twice as hard, menuda carta de presentación, con ese potente riff de
guitarra inicial para que a partir de ahí descargue la maquinaria, un single de
esos que te deja para atrás a la primera escucha, con la voz de Chris Robinson
sideral. Jealous again es uno de mis temas favoritos de la banda, con ese riff
inicial de guitarra para que entren batería y órgano, y se desarrolle un ritmo
de guitarra antológico, todo ello es el manto perfecto para que Chris descargue
su poderío vocal. Sister luck tiene un toque más stoniano, clásico y porqué no
decirlo setentero, un medio tiempo que lo bordan desde los primeros acordes, y
para rematar con ese punteo maravilloso. Could I've been so blind nos devuelve
al rock en estado puro, sacado de los pantanos sureños, pero en este caso con un
Chris Robinson fuera de lo normal cantando, qué manera de entonar dios santo, y
el ritmo que coje el tema es para alucinar. Seeing things es uno de los
baladones del álbum, con ritmo lento y cadencioso que va teniendo su increscendo
para luego volver a bajar y subir. Hard to handle es la versión en mayúsculas
del disco, de un clásico del soul de Otis Redding, que consiguen hacer bailar a
todo Cristo a ritmo de rock and roll y reportándole cierto tono funky. Thick N'
Thin con ese ruido de accidente de coche al inicio es la introducción perfecta
para un tema de rock sucio y mucho boogie, mucho y buen rock and roll en este
temazo. Y viene el baladón con letras de oro del álbum, ese She talks to angels,
melodía, voz, todo es perfecto en esta gozada de canción. Struttin' blues es una
descarga de blues y rock a partes iguales con la voz de Chris otra vez a un
nivel estratosférico. Stare it cold es una canción gloriosa para acabar el
disco, rockeando a base de bien y con ese slide guitar perfecto, y ese toque
bluesero grasiento que tan bien hacen.
En resumen,
un primer disco de una pedazo de banda, donde si quieres bailar lo haces, si
quieres degustar en casa buen rock and roll también lo tienes, pero ante todo un
álbum imprescindible para mantener viva la esencia del buen rock and roll, con
toques blueseros, grasientos y de mucha calidad.
Este texto fue originalmente escrito por mi para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con esa maravilla que es She talks to
angels.
Es un discazo. Cuando pensaba todo el mundo que los noventa sería la expansión de los sonidos alternativos y de lo extremo, van ellos y se sacan un álbum que aúna lo mejor de los Stones, Faces, Skynyrd, Molly Hatchet y Led Zeppelin. Sensacional de principio a fin. La banda más espectacular, para mí, junto con Pearl Jam, de los últimos veinticinco años.
ResponderEliminarAlex Palahniuk: Totalmente de acuerdo contigo amigo, es un discazo descomunal que deja claro que la banda no iba a estar de paso. A mi desde luego me parece que es de los mejores en asimilar las mejores influencias.
EliminarAbrazos.
Vale , el comentario de ayer era impropio, lo siento .
ResponderEliminarY sobre el video , si se puede llamar maravilla, y , viendo les referencias que nombras, de muy atras no suena .
Orlando: No pasa nada.
EliminarEste disco es básico y el tema elegido una balada descomunal.
Saludos.