jueves, 2 de abril de 2020

Chencho Fernández - Baladas de plata (2020)



La edición del nuevo y esperado trabajo de Chencho Fernández, ha sufrido todo tipo de retrasos, en principio debería haber salido en el tramo final de 2019, de hecho como se puede ver en la foto de la contraportada tiene copyright de ese año, pero al final se editó el 28 de febrero de este 2020 y yo hice la oportuna compra justo antes del cierre de todo. Ya en su día, su anterior trabajo Dadá estuvo aquí (de 2014 y reeditado en 2015 por Warner) fue de esos discos que un servidor tardó en cogerle el punto, y fue de manera tardía lo reconozco, pero eso sí, cuando le metí bien la oreja, no pude desengancharme del mismo durante mucho tiempo. Es por esto que Baladas de Plata, que es como se llama este nuevo artefacto sonoro, tiene ineludiblemente una comparativa con aquel, o por así decirlo, un segundo capítulo, sin ser discos iguales, pero si con ciertas conexiones inevitables.
El disco ha sido producido por Jordi Gil de Sr. Chinarro, fue grabado en los Sputnik Recording Studios de Sevilla, y Chencho sigue mezclando música y poesía que mezcla lo castizo y el lado canalla de una manera muy particular, una veces con temas más rockeros, otros más a medio tiempo y otros más lentos, pero la paleta se amplía llegando a terrenos antes no explorados.


La fosa de las marianas empieza el álbum, un temazo rockero por los cuatro costados sin concesiones y donde todo está en su sitio, música, letra y conjunción perfectas, con Álvaro Suite tremendo a la guitarra, como en casi todo el disco. Te quiero sin querer para en seco el ritmo y te sumerge en un laberinto de sensaciones amorosas y melosas que te atrapa de una manera increíble (su estilo me lleva a aquel anuncio de la colonia Eau Jeune, que decía "vísteme con tu frescor", lo vi muchas veces) sobre todo gracias al órgano de Álvaro Gandul. Un hit fue quizás el primer tema que escuché, un medio tiempo delicioso, que gana muchísimo con las escuchas, con adornos preciosos. En boga vuelve al rock, pero aquí con una sección de vientos importante que lleva la melodía, y una letra que nos habla, como en plan resaca, de lo que fue una noche de juerga de buen recuerdo, con cierto aire a Burning porqué no decirlo, tremendo tema. Mi pequeña muerte en ti, es otro medio tiempo delicioso, que habla de un amor al que echa de menos y de los que dejan huella, con ese toque afrancesado.
La canción de Nadia comienza con piano y con su tono acústico y unas líneas de bajo tremendas de Javi Vega, despliega una preciosa melodía de aire clásico. Salvador en la plaza del pan vuelve al rock más oscuro, con cierto tono arabesco, y con Tom Waits de fondo en el estilo, este es uno de los temas donde se ve la ampliación de paleta a la que me refería al inicio. Como se odian los amantes, una canción extraordinaria, de esas que hablan de una de esas relaciones que dejan huella porque se ha amado profundamente, medio tiempo excelso de una ejecución pulcra y exquisita. Calle imagen sube el ritmo, una vertiginosa y alegre tonada, que se disfruta mucho con una letra de recuerdos bonitos del pasado. Suicidio en Hollywood ralentiza el ritmo de nuevo, pero no la calidad, una tremenda canción, melancólica y llena de nostalgia, con unos coros muy buenos de Amanda Palma, y que conforman el medio tiempo perfecto con ecos de Bowie o Reed. Noche americana cierra el trabajo, con una letra que habla de cerrar la fiesta, y que comienza tranquila, hasta ir cogiendo ritmo para ser un medio tiempo al que acaban adornando vientos en un final tremendo, un tema que va de menos a más.


En definitiva Chencho ha vuelto por todo lo alto, se ha tomado su tiempo cierto es, pero a veces es mejor sacar un buen disco que sacar algo rápido y sin concretar por las prisas, otro trabajo que gana con las escuchas, pero que a mi particularmente ya me entra más fácil una vez que ya entré en su mundo musical con el anterior álbum.

Os dejo con el tema En boga.

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