Tino Casal, el músico ovetense, editaría en 1984 su tercer álbum de estudio titulado Hielo rojo. Venía del éxito abrumador de su anterior disco de 1983, aquel Etiqueta Negra, que con el single brutal de Embrujada, clásico imperecedero, empujó al disco al número 1, algo a lo que también llegaron Neocasal en 1981, el propio Hielo Rojo y luego posteriormente Lágrimas de cocodrilo ya en 1987, confirmando que pocos músicos podían alardear de estos datos. El productor del disco fue Julián Ruiz, y Tino tenía toda la más moderna tecnología musical puntera en ese momento disponible y por supuesto la aprovechó.
Uno de los singles del gran disco que era Hielo rojo y que fue un exitazo, aquel Pánico en el Edén, se iniciaba con acordes rasgados de guitarra eléctrica, sobre esa base inquietante de sintetizadores, elevándose los coros y la voz de Tino absolutamente majestuosas, mientras la letra iba sobre las distintas concepciones del amor dentro de la relación de pareja (recordemos que un año antes había roto su relación con Pepa Ojanguren, con la que estuvo 13 años) que además luego coje un ritmo endiablado. Por si fuera poco la canción formó parte de la sintonía de la Vuelta ciclista a España de ciclismo de 1984, ya les gustaría a las de ahora tener una sintonía de este nivelazo. Quizás este gran single que alcanzó el número 1 en la lista de sencillos, con el paso del tiempo, quedó relegado por canciones como Eloise o Embrujada, hoy lo reivindico en su cuarenta aniversario.
Os dejo con Pánico en el Edén de Tino Casal en una actuación en televisión en el programa Superstar.
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