Como llevo diciendo desde finales del mes de junio, ayer 2 de agosto salió a la venta el segundo álbum de Creeping Jean, de título Business is dead, la banda inglesa de Brighton que tan buen sabor de boca nos dejaron de teloneros de Rival Sons en su gira española, dando continuidad a su primer álbum de hace dos años When's the blowout?. Con influencias sesenteras y sobre todo setenteras, hacen un revival adaptado a los tiempos modernos realmente interesante, donde sus muy buenas melodías te atrapan con facilidad, también sus trajes setenteros ayudan a la propuesta. La formación es de quinteto con Oliver Tooze a la voz y guitarra, Charles Ray al bajo, Josh Stone a la batería, Thomas Ellioll a la percusión y coros, y Rodrigo Boarganos a la guitarra.
Always at my door fue uno de los singles de adelanto del trabajo, un rítmico tema que nos recuerda a las mejores bandas de la onda rockera-psicodélica de finales de los 60 y principios de los 70. Luego llegó Sassy got shakes, en su lado más rockero con una potente melodía y buenos cambios de ritmo. También hablé de The big cheese, un tema potente y rockero con las guitarras muy enérgicas dentro de una melodía muy atractiva. Ahora llega Self drunk, tema de un rotundo riff guitarrero y de desarrollo impecable.
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