El extraordinario trompetista de Filadelfia, Lee Morgan, editó en 1964 The sidewinder, un artefacto sonoro soberbio. Hasta ese momento su bagaje era tremendo, ya que participó en el Blue train de John Coltrane de 1957, pero no solo eso ya que colabora también ese mismo año con Dizzy Gillespie en el disco Dizzy Atmosphere, además de hacer dos grabaciones propias como City lights y The Cooker. Al año siguiente 1958 graba Candy y Peckin' time reconocidos álbumes suyos y forma parte de la banda del grandioso batería Art Blakey, The Jazz Messengers. En 1960 publicó otros cuatro grandes trabajos como Here's Lee Morgan, The Young Lions, Lee-Way y Expoobident. Pero volviendo a The sidewinder en el que graba junto a Joe Henderson al saxo tenor, Barry Harris al piano, Bob Cranshaw al contrabajo y Billy Higgins a la batería, dispone de cuatro extraordinarios músicos a los que saca enorme partido. Precisamente el tema que da título al álbum es una maravilla, un soul-jazz en la línea del blues de 16 compases donde su temática es sencilla pero muy sofisticada, un disfrute absoluto.
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