Como llevo diciendo desde finales de mayo, Teenage Fanclub, la banda escocesa, editaron nuevo álbum este pasado viernes 22 de septiembre con el título de Nothing lasts forever, y que es distribuido por PeMa, sello de la banda en Reino Unido y Europa y por Merge en Estados Unidos.
Raymond McGinley dijo respecto al disco: "Nunca hablamos de lo que vamos a hacer antes de comenzar a grabar un disco, no planeamos mucho más que los aspectos prácticos de dónde vamos a grabar y cuándo. Eso de la luz fue completamente accidental, no nos dimos cuenta de eso hasta que terminamos la mitad de las canciones. El disco se siente reflexivo y creo que cuanto más hacemos esto, más cómodos nos sentimos yendo a ese lugar de melancolía, sintiendo y expresando esos sentimientos".
Un disco de textos personales, de que te estás haciendo mayor, y después de la catársis que supuso para Norman Blake el disco anterior después de su ruptura matrimonial, ahora en este disco expresa su situación actual, optimismo y aceptación de la experiencia que va unida.
Foreign land fue el primer adelanto, una canción realmente extraordinaria, donde su powerpop de siempre está intacto. Luego llegó el segundo, Tired of being alone, otra joya dulce y powerpopera de esta gran banda. También hablé del tercero titulado Back to the light, y vaya si tiene luz este tema, porque es una de esas pepitas que solo una banda como esta sabe hacer, absoluta maravilla de tres minutos. El pasado viernes hablé de It's alright, un medio tiempo apacible que suena realmente bien, y en el estilo clásico de la banda. El otro día hablé de See the light, un medio tiempo que va de menos a más y es una composición con múltiples detalles, como esos vientos que están detrás y adornan el tema de manera fantástica. Hoy hablo de I left a light on, una canción de tono tranquilo con inicio de piano (con toque beatle incluido) y un desarrollo realmente precioso, una delicatessen absoluta.
Os dejo con I left a light on.
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