El disco de la banda de Toronto, The Sadies, Northern Passages de 2017 fue uno de los que más me gustó de esa añada. Nunca estaré suficientemente agradecido a mi amigo blogero 61 & 49 (que anda retirado de la blogería) pero del que pronto tendréis noticias frescas, por descubrirme en su día el talento descomunal de este grupo, que pude ver en vivo en la gira de su anterior y también magnífico Internal Sounds de 2013. Northern passages es el título del disco álbum, y la verdad es que lo de esta banda es increíble, ya que en su paleta estilística caben múltiples estilos, desde el folk-rock-country al surf, del garage al rockabilly, del bluegrass al punk, sonidos fronterizos de spaguetti western, o la psicodelia con momentos de bastante acidez por cierto. Los hermanos Travis y Dallas Good son unos musicazos, y unos enormes guitarristas, pero encima llevan la compañía de una base rítmica fuera de serie con Sean Dean al contrabajo y Mike Belitsky a la batería. Sus influencias de Neil Young, y de aquellos Buffalo Springfield, quizás sean las más interiorizadas y que salen a la luz con menor problema, además es lógico, son paisanos y le rinden pleitesía. También están ahí The Band, The Byrds, Ventures, Pink Floyd, etc...
El álbum es una maravilla musical, en esa evolución espectacular que lleva la banda, hasta este trabajo, que a día de hoy es su último disco de estudio y chapó a esa portada de Aurora Boreal preciosa.
Hay un tema situado en penúltimo lugar titulado Questions I've never asked que es apabullante, ya desde su inicio con esa caída de las guitarras a plomo, y sus solos posteriores bellísimos, que dibujan círculos de placer, en medio una aceleración bestial, y esa vuelta de tuerca de ritmo, enfureciéndose el final, otro tema muy favorito del disco, composición excelsa. De esos temas en los que pueden mezclar varios estilos sin despeinarse y bordarlo, 3 en 1.
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