Hay muchos y grandes compositores de música para películas en la historia del cine, pero si hay uno por el que siento predilección desde muy temprana edad es por el italiano Ennio Morricone, que nos ha dejado hoy, después de haber sufrido una caída hace días, y no poder superar las secuelas a los 91 años de edad.
Ha trabajado para muchos y grandes directores, Sergio Leone, John Boorman, John Carpenter, Roland Joffé, Brian de Palma, Roman Polanski, Giuseppe Tornatore, Barry Levinson, Quentin Tarantino, etc... Sin duda ayudó a crear nuevos estilos, como el del spaguetti western, que lleva su sello indiscutible. En todas sus creaciones había riesgo, y mucho descubrimiento, partiendo de una idea básica clásica, a la que él con mucha categoría, incorporaba elementos sorprendentes que siempre encajaban, ya fueran silbidos humanos, campanas, coros angelicales, etc., lo que trato de decir es que hay películas que sin la música de Morricone no serían las mismas, forman parte insoldable de esos films.
Lo más curioso es que recibió muchas nominaciones a los Oscars, pero en 2006 ya le dieron uno honorífico, pero no sería hasta 2016 en que le dieron la estatuilla por Los Odiosos Ocho, dirigida por Quentin Tarantino.
Hoy, en homenaje, me viene a la cabeza la que hizo para el film de Brian de Palma, Los Intocables de Eliot Ness, en 1987, simplemente sublime.
Descanse en paz.
Os dejo con el tema central de los Intocables de Eliot Ness.
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