Dire Straits edita en 1978 su álbum homónimo, un disco donde tienen el poso de las grandes influencias que acumulan y a las que no dan la espalda, sino que les tienen mucho cariño. Yo tengo la anécdota tonta de que la primera vez que escuché éste álbum entero fue en cinta de cassette, hace ya una tirada de años, y por aquellas historias de entonces, comenzaba con Wild West End, en vez de como en el vinilo, que lo hacía con Down to the waterline, temas de tiempos de duración de las caras...
Sea como fuere, Wild West End es una canción muy especial para mi, ya que aparte de ser extrordinaria, por no decir gloriosa, siempre me recuerda mi viaje a Londres de hace tres años. Musicalmente comienza con guitarra acústica, un tema a medio tiempo delicioso, con coros en el estribillo y cuya letra describe paseos solitarios por el salvaje oeste de la ciudad, precioso tema de esos que permanecen para siempre en mi cabeza.
Os dejo con Wild West End.
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