Jaime Urrutia, Edi Clavo y Ferni Presas cierran la etapa de Gabinete Caligari en 1999. A partir de ahí cada uno busca nuevos proyectos, y en el caso concreto de Jaime se centra en su primer trabajo en solitario, que saldría en 2002 con el título de Patente de Corso. Y la tarea no era fácil, pero el madrileño no sólo sale airoso, sino que hace un disco mayúsculo. Su talento seguía intacto, su gran capacidad compositiva estaba ahí, pero su gran acierto es no volver al pasado, para lo que explora otros estilos sin dejar de ser él mismo, y dándole a los temas ese aire castizo, su chulería y su clase. Hay temas excepcionales en este trabajo, algunos fueron incluso versionados posteriormente debido a su éxito y acompañado de amigos (¿Dónde éstas?), pero yo hoy me detengo en Vestida para mi, mi canción favorita del disco. No sé en qué mujer se inspiró Jaime al componer la letra, pero seguro que se parece a una que yo conozco.
Os dejo con la interpretación en vivo en aquel disco de directo de la Joy Eslava que salió editado en 2007.
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