Weezer, la banda californiana, ha editado nuevo disco este año, su décimo álbum y que cierra una cuatrilogía de colores junto al Azul de 1994, el verde de 2001 y el rojo de 2008. Si se ha seguido la trayectoria de la banda, algo herrática en los 90, pero que tomó impulso y de qué manera ya en el principio de este siglo, y que de momento sigue una línea realmente buena en sus últimos trabajos, siguen en ascenso. Esta cuatrilogía no hay que compararla con nadie, simplemente ellos han puesto colores a sus discos homónimos, donde lo que encontramos es música de acento californiano, rock de guitarras, con componentes de pop, hablamos de melodías luminosas y con esa fina ironía y un puntito cabrón en las letras que le da el gran Rivers Cuomo, líder, cantante y guitarrista del combo. El resto de la formación, recordemos, es la de los últimos discos, es decir Brian Bell a la guitarra, Scott Shriner al bajo y teclados y Patrick Wilson a la batería. Un recorrido por esa California del Westside de Los Ángeles, la playa de Venice, la peña que va en patines tocando la guitarra, en definitva esa fauna y flora que habita por aquellas latitudes, y todo ello producido por Jake Sinclair.
Comienza el álbum con California Kids, uno de los singles del disco, tremendo pildorazo energizante donde aflora el lado luminoso y powerpopero de la banda, que tanto domina sus últimos trabajos y esos coros a lo Beach Boys playeros. Wind in our sails habla de esos barquitos que surcan las playas, un medio tiempo delicioso con aire también powerpopero además de notarse que a Rivers le encanta Brian Wilson. Thank God for girls, es un tema festivo total, que habla de chicas y da gracias a Dios por su existencia, que en aquellas parecen ser tremendas y con esa melodía de cambios de ritmo y guitarrera. (Girl we got a) Good thing vuelve al medio tiempo y con un gusto tremendo, excepcional canción con sus cambios incluidos. Do you wanna get high? es un single clarísimo con su estribillo llamativo, las guitarras aflorando y esos cambios marca de la casa.
King of the world con el riff inicial nos devuelve a los Weezer más guitarreros, para que entre la voz de Rivers que estalla en el estribillo pegadizo. Summer Elaine and Drunk Dori regresa al medio tiempo, gran melodía y perfectamente cantada por Mr. Cuomo, delicia con los cambios ajustados de vicio. L.A. Girlz es la típica pieza que parece que va toda del tirón, me recuerda mucho a temas del azul o el verde, típico tema de este grupo que los tienen a patadas, pero esi, con un doble sólo descomunal. Jacked up con ese inicio de piano, es la más diferente de todas, un medio tiempo más clásico y esos cambios de tono de Rivers realmente llamativos, ¡vaya registros! Endless bummer cierra el álbum con ese toque eminentemente vocal que domina el tema y esa guitarra acústica que lleva el ritmo, buen cierre.
El álbum blanco de Weezer no inventa nada nuevo, eso hay que decirlo, pero es un disco que se escucha del tirón y que va como la seda, fluye, y eso en los días de hoy es de agradecer, y por si fuera poco no desentona para nada con su trayectoria.
Os dejo con el vídeo de L.A.Girlz y la chica culturista con el chavalote.
En su momento no les hice el caso que debiera, hasta que un día escuché Buddy Holly y pregunté que quienes eran los que sonaban.
ResponderEliminarUn gran descubrimiento a posteriori. Habrá que escuchar White, no vaya a pasar lo mismo.
Saludos Savoy
Nostromo: Pues a mi siempre me ha parecido un grupo excelente y con una discografía envidiable a día de hoy. Este nuevo trabajo demuestra que están en excelente forma.
EliminarSaludos.