Semana negra, musicalmente hablando. Ayer en Zúrich (Suiza) y a los 70 años de edad moría Johnny Winter. El músico albino, de melena larga rubia, que interpretaba blues sucio de taberna. Pero Johnny no sólo era eso, era mucho más, era emblema del mejor blues-rock del último medio siglo, un experimentado pistolero a las cuerdas que, cuando estaba inspirado, ofrecía intensos pasajes de vieja escuela, a la altura de los maestros Muddy Waters o Jimi Hendrix.
Su historia no es sencilla, ya desde pequeño de los 4 a 8 años tocaba el clarinete, de ahí al ukelele, hasta que su padre le regala una guitarra a los 11 años, a partir de ahí se engancha a un programa de blues de la radio "The Big Bopper of Chantilly Lace". A partir de los 14 forma Johnny and the Jammers con su hermano Edgar. En 1968 era un freak puteado por los tejanos más conservadores (él era oriundo de Beaumont), pero fue salir en un reportaje de la revista Rolling Stone y pegar el petardazo. Ficha por CBS y cae en las drogas de las que salió a duras penas. La dedicación y amor por el blues le salvó de un final anticipado.
Os dejo con dos temas, primero esta tremenda versión del Jumpin' Jack Flash de los Rolling Stones en 1974, haciéndola todavía más rockera.
Y este Be careful with a fool en 1970 en vivo en la televisión danesa con Tommy Shannon al bajo y Uncle John Turner a la batería.
Momento de dar a conocer su obra. Estoy convencido que quién (entre los más jóvenes, supongo) no conocen su obra, es momento de que entren en un mundo musical de vértigo.
ResponderEliminarBenet Rockfloyd: Pues si, pasará como con tantos otros, ahora se le reconocerá su calidad, se le reeditarán sus trabajos, etc...
EliminarUn gran músico, hay que meterse a fondo con su obra.
Saludos.