Como decía hace un par de meses, Eilen Jewell, la artista de Boise, Idaho, ha editado el 5 de mayo su nuevo trabajo titulado Get behind the wheel. Este álbum sucede a su anterior disco Gypsy, editado cuatro años atrás, y por medio ha habido una pandemia, su ruptura matrimonial y un derrumbe personal. Su receta ha sido pasar tiempo en las montañas de Idaho, su tierra natal, intentando recomponer las cosas, de todo este proceso viene este álbum. En esas caminatas, al comienzo de los senderos, pasaba siempre junto a un cartel de Crooked river, que da título a un tema del disco, era un largo y arduo camino que evocaba el nombre del río, convirtiéndose en un símbolo de sus propias pruebas personales, y en última instancia, de la salvación que la propia artista encontró en esa escapada al espacio y aire libre.
El disco, editado en el sello Siganture Records, ha sido coproducido junto con el multiinstrumentista Will Kimbrough, y en sus surcos podemos encontrar las clásicas raíces negras de la música de Jewell, el country, también toques psicodélicos y esas letras que hablan de duelo, pérdida, resilencia y redención. Los músicos que han grabado el disco con ella son Matthew Murphy al contrabajo, Jerry Miller a la guitarra y Jason Beek a la batería. Por si fuera poco, fue integrante del Festival de Country de Huercasa en Riaza.
Lethal love es uno de los singles, muy buena pieza, con ese aire americano de raíces mezclado con country y su magnífica voz. También escuchamos ese Crooked river del que hablaba, buen medio tiempo de onda country, interpretado en vivo. Y ahora hablo de Winnemucca, uno de esos medios tiempos que esta mujer borda con su estilo y que realmente te engancha con un aire country sin empalagar, y con adornos precisos.
Os dejo con Winnemucca.
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