Black Sabbath a finales de los 70 es una banda con multitud de frentes abiertos, cansada del ritmo grabación-promoción-gira y además están con problemas de drogas, y para colmo su vocalista Ozzy Osbourne está en crisis compositiva y de todo tipo. Warner no para de llamar para ver los avances del nuevo disco y qué se hace con su dinero, se habían trasladado a Los Ángeles e instalados en una casa intentaban componer, pero las fiestas y el desenfreno ganaban la partida. Tony Iommi vio el problema y lo cortó de raíz, expulsó a Ozzy y empezó a componer temas, pero necesitaba una voz que los cantara, y casualmente pasaba por allí esos días Ronnie James Dio que acababa de salir de Rainbow bajo la exclavitud de Ritchi Blackmore, por mediación de la hija del mánager de la banda Sharon Arden, se conocen Tony y Dio y la cosa va para adelante. Primero fueron unos ensayos a ver qué tal, y la banda flipaba como Dio sacaba la línea vocal de cada tema dándole su toque y quedando perfectas, por lo que enloquecieron con él. No todo fue de color de rosa, el mánager Don Arden exigía a Ozzy, e insultó a Dio llamándole despectivamente "midget", es decir, enano, a lo que se unió también la baja durante gran parte de la grabación del bajista Greeze Butler por problemas familiares, lo que hizo que el propio Dio grabara el bajo de muchos temas. Y menudo disco salió, uno de los más imponentes de su carrera con un vocalista de primer nivel, la banda se relanzaba.
La épica Heaven and hell que daba título al disco, recuperaba a Iommi con grandes riffs a la guitarra, un tema brutal.
Para mí el mejor disco de BS sin Ozzy. Y el siguiente que hizo la banda también es muy bueno.
ResponderEliminarAbrazos, Savoy.
Gonzalo Aróstegui Lasarte: Si, esa época con Dio es realmente brillante, normal por otro lado.
EliminarAbrazos.